El vicealmirante de la Armada Cristóbal Colón de Carvajal y Maroto, duque de Veragua, madrileño de 61 años, estaba casado y con seis hijos. Descendiente directo del descubridor de América, fue asesinado el 6 de febrero de 1986. Dos etarras ametrallaron y lanzaron una granada en su coche de camino a la Escuela de Altos Estudios Jurídicos de la Armada. Cristóbal y Manuel Trigo Muñoz, su conductor, murieron en el acto. Antonio Rodríguez-Toubes Núñez, comandante de Infantería, resultó gravemente herido.
Cristóbal recibió la Gran Cruz del Mérito Naval a título póstumo el mismo día de su asesinato. Su funeral y el de Manuel estuvo presidido por Don Juan de Borbón. Los terroristas, que no sabían a quién habían asesinado, se alegraron al conocer la identidad de la víctima.
Pese a que Henri Parot fue condenado y obligado a indemnizar a las esposas y a los hijos de los fallecidos, así como a Antonio Rodríguez-Toubes Núñez por las secuelas, el Estado tuvo que asumir las consecuencias de la sentencia, ya que el condenado se declaró insolvente. Las autoridades españolas solicitaron varias veces sin éxito la extradición del etarra José Luis Arrieta Zubimendi, considerado presunto organizador del crimen.
Véase también Manuel Trigo Muñoz.
Manuel Trigo Muñoz, jienense de 55 años, casado y con dos hijos, era funcionario civil del Ejército, donde trabajaba en el Cuerpo Especial Mecánico de Conductores desde hacía 13 años. Llevaba más de dos años como chófer al servicio del vicealmirante Cristóbal Colón de Carvajal y Maroto. Murió en el atentado del 6 de febrero de 1986, mientras conducía por las calles de Madrid el vehículo oficial en el que iban el propio vicealmirante, que también falleció y el comandante de Infantería de Marina Antonio Rodríguez-Toubes Núñez.
Relato completo del atentado en Cristóbal Colón de Carvajal y Maroto.
José Antonio Álvarez Díez, de 26 años, era natural de León, casado y con hijo. Murió el 14 de marzo de 1986 en acto de servicio. Aquella noche, mientras patrullaba con su compañero por el paseo Miraconcha de San Sebastián, detectaron los movimientos sospechosos de tres etarras que estaban conectando una bomba para detonarla cuando pasara un coche policial. Al darles el alto y pedirles la documentación, Ángel María Galarraga Mendizábal disparó a los policías hiriendo en el corazón a José Antonio, que murió en el acto. Su compañero disparó a los terroristas e hirió de muerte a Galarraga. El otro terrorista logró huir. Fue enterrado el día 16 de abril en Zaldibia (Gipuzkoa), donde se hizo un homenaje en su nombre.
Ignacio Erro Zazu y Estanislao Echaburu Solabarrieta fueron condenados a 44 años y 8 meses de reclusión, además de indemnizar económicamente a los herederos de José Antonio Álvarez, pena que evadieron al declararse insolventes.
José Ignacio Aguirrezabalaga, natural de Zumaya y de 29 años, estaba casado y con dos hijos. Llevaba dos años trabajando como camarero en su localidad natal tras haber estado empleado en otros municipios en el sector de la hostelería. Fue asesinado a tiros por miembros del Comando Eibar en el bar en el que trabajaba. ETA justificó el atentado acusando a Aguirrezabalaga, que era cuñado de Jean Pierre Chérid, uno de los jefes de los Grupos Antiterroristas de Liberación (GAL), de ser chivato del GAL.
Jesús María Ciganda Sarratea, Íñigo Acaiturri Irazábal y Fermín Javier Urdiain Ciriza fueron condenados, como autores de un delito de asesinato, a 29 años de reclusión mayor. José María Beristain Urbieta fue condenado, como cómplice de un delito de asesinato, a 14 años de prisión mayor. A los tres etarras se les impuso la obligación de pagar una indemnización a los herederos de la víctima.
Alberto Amancio Alonso Gómez, guardia civil de 23 años, nacido en París, estaba soltero y era estudiante de Derecho. Murió el 25 de abril de 1986 tras explotar un coche-bomba colocado por el Comando Madrid al paso de su vehículo, ocupado por 9 guardia civiles encargados de la vigilancia de las Embajadas de Estados Unidos e Italia, por la madrileña calle de Juan Bravo. Cinco agentes murieron y el resto resultaron heridos. Asimismo, siete transeúntes sufrieron heridas de diversa índole a consecuencia de la deflagración.
Juan Manuel Soares Gamboa, José Ignacio de Juana Chaos, Antonio Troitiño Arranz, Inés del Río Prada, Esteban Esteban Nieto e Idoia López Riaño fueron los responsables de esta masacre. Troitiño detonó a distancia los artefactos explosivos que causaron la muerte instantánea de los guardias civiles Alberto Amancio Alonso Gómez, Juan José Catón Vázquez, Vicente Javier Domínguez González, Juan Carlos González Rentero y Juan Mateos Pulido.
Véase también Juan José Catón Vázquez, Vicente Javier Domínguez González, Juan Carlos González Rentero y Juan Mateos Pulido.
Juan José Catón Vázquez, guardia civil de 30 años y soltero, fue asesinado por el Comando Madrid junto a otros cuatro compañeros en el atentado con coche-bomba, el 25 de abril de 1986, en la madrileña calle Juan Bravo.
Relato completo del atentado en Alberto Amancio Alonso Gómez.
Véase también Vicente Javier Domínguez González, Juan Carlos González Rentero y Juan Mateos Pulido.
Vicente Javier Domínguez González, guardia civil placentino de 25 años y soltero, fue asesinado por el Comando Madrid junto a otros cuatro compañeros, en el atentado con coche-bomba de la madrileña calle Juan Bravo el 25 de abril de 1986.
Véase el relato completo del atentado en Alberto Amancio Alonso Gómez.
Véase también Juan José Catón Vázquez, Juan Carlos González Rentero y Juan Mateos Pulido.
El guardia civil Juan Carlos González Rentero, bejarano soltero de 21 años, llevaba 9 meses en el Cuerpo cuando fue asesinado por el Comando Madrid, junto a otros cuatro compañeros, en el atentado con coche-bomba del 25 de abril de 1986 de la madrileña calle Juan Bravo.
Relato completo del atentado en Alberto Amancio Alonso Gómez.
Véase también Juan José Catón Vázquez,Vicente Javier Domínguez González y Juan Mateos Pulido.
El cabo primero de la Guardia Civil Juan Mateos Pulido, de 30 años, cacereño de Robledillo de Trujillo, casado y con un hijo, fue asesinado por el Comando Madrid junto a otros cuatro compañeros en el atentado con coche-bomba ocurrido el 25 de abril de 1986 en la madrileña calle Juan Bravo.
Relato completo del atentado en Alberto Amancio Alonso Gómez.
Véase también Juan José Catón Vázquez,Vicente Javier Domínguez González, Juan Carlos González Rentero y Juan Mateos Pulido.
Enrique Moreno Arguilea, pamplonica jubilado de 71 años, estaba casado y con tres hijos. Ex dependiente de una tienda de zapatos, cobrador de la Compañía del Tranvía de San Sebastián y viajante de comercio, fue asesinado el 2 de mayo de 1986. Aquella tarde, tras apearse de un autobús, una pareja de terroristas le disparó un tiro en la nuca. Cinco días después del atentado, ETA reconoció “su dramático error”: le habían confundido con un policía.
Afiliado al Partido Comunista de los Pueblos de España y vocal de la Asociación de Jubilados de Amara, fue condenado a muerte por Franco al intentar pasarse al Ejército Republicano durante la Guerra Civil, pena conmutada gracias a las monjas de las Escuelas de San José, que intercedieron por él ante el Caudillo.
Francisco Javier Sagarzazu Mendibe y Juan Andrés Urquizu Ormazábal fueron condenados a penas de 29 años de reclusión mayor por asesinato cualificado con premeditación y alevosía. Juan Francisco Franco Argibay también fue condenado por complicidad a 6 años y 1 día de prisión mayor. El Estado tuvo que asumir la correspondiente indemnización a la viuda de Moreno, ya que los tres terroristas se declararon insolventes.
El policía nacional Manuel Fuentes Pedreira, de 38 años, vivía cerca del frontón Santa Isabel en Arrigorriaga (Vizcaya), donde le mataron dos terroristas el 10 de mayo de 1986. Aquel día, tras acabar un partido de pelota, estaba sentado en una de las gradas y esperaba su turno, cuando un hombre y una mujer se sentaron detrás de él. La mujer le disparó por la espalda en la cabeza. Huyeron en un taxi robado en el que les esperaba un tercer terrorista.
Manuel era natural de La Golada (Pontevedra) y llevaba cuatro años viviendo en Vizcaya con su novia, Dolores Quintanilla. Estaba destinado en el Parque Móvil de Bilbao. En 2007 se colocó una placa en memoria de Manuel en el frontón donde fue asesinado.
Este abogado donostiarra falleció como consecuencia de un infarto de miocardio cuando varias personas intentaron secuestrarlo en su domicilio, en el barrio donostiarra de Gros. La víctima, que llevaba un marcapasos, opuso resistencia y su muerte pudo deberse al forcejeo con los atacantes. Fue la enfermera que acudía a su casa la que encontró el cadáver en la cama atado con cadenas.
Viudo y con dos hijos, Juan Caballero, nacido en Gibraltar, trabajaba como abogado en un importante bufete de San Sebastián, y también era uno de los fundadores de El Diario Vasco.
Uno de sus hijos, Francisco, había abandonado el País Vasco en 1982 tras un intento de atentado de ETA, y su otro hijo, Ignacio, se había negado a pagar el “impuesto revolucionario”.
Fallecido a los 81 años, Juan Caballero fue reconocido en 2000 como víctima del terrorismo.
El cabo primero de la Guardia Civil, Antonio Ramos Ramírez, de 28 años, salió de un bar en el barrio de San Andrés de Mondragón hacia las 23:00 horas y se dirigió hacia su coche. Instantes después, varios etarras se acercaron al vehículo y le ametrallaron mortalmente. El atentado sucedió el 8 de junio 1986.
Antonio estaba destinado en el cuartel de Oñate. Era natural de Espera (Cádiz). Estaba casado y tenía un hijo de cinco años y otro en camino. En 1983, Antonio fue herido en el atentado en el que el guardia civil José Reyes Corchado Muñoz perdió la vida.
Véase también José Reyes Corchado Muñoz.
Francisco Casillas Martín había nacido en Madrid hacía 19 años y estaba soltero. Llevaba seis meses en el servicio militar cuando dos etarras le ametrallaron mientras conducía por Madrid un vehículo oficial, con los también oficiales del Ejército de Tierra Carlos Vesteiro Pérez y Ricardo Sáenz de Ynestrillas Martínez. Los tres fallecieron el 17 de junio de 1986.
Relato completo del atentado en Carlos Vesteiro Pérez.
Véase también Ricardo Sáenz de Ynestrillas Martínez.
El comandante Ricardo Sáenz de Ynestrillas Martínez, de 51 años, estaba casado y tenía tres hijos cuando ETA le asesinó. En el mismo atentado murieron también el teniente coronel Carlos Vesteiro Pérez y el soldado conductor Francisco Casillas Martín. Ocurrió en Madrid, el 17 de junio de 1986.
A título póstumo, en 2005, le concedieron el ascenso honorífico a la categoría de teniente coronel. Ricardo había servido cinco años en el Sáhara, en la X Bandera de la Legión, y dos años en el Batallón de Montaña de Barbastro, entre otros. También fue durante seis años profesor de oficiales en la Academia General de Policía. Había sido procesado y condenado seis años antes a seis meses de prisión por la Operación Galaxia.
Relato completo del atentado en Carlos Vesteiro Pérez.
Véase también Francisco Casillas Martín.
El teniente coronel Carlos Vesteiro Pérez, el comandante Ricardo Sáenz de Ynestrillas Martínez y el soldado conductor Francisco Casillas Martín fueron ametrallados por dos etarras delante de la casa de Ricardo, cerca del estadio Vicente Calderón, en Madrid. Eran las 14:30, del 17 de junio de 1986 cuando los militares regresaban a sus casas desde la Capitanía General.
Los etarras José Ignacio de Juana Chaos, Antonio Troitiño Arranz, Inés del Río Prada, Inmaculada Noble Goicoechea, Juan Manuel Soares Gamboa e Idoia López Riaño fueron condenados a penas de 87 años de cárcel. Soares declaró que fueron él mismo y López Riaño quienes dispararon. También debían indemnizar a las viudas de Carlos y Ricardo, así como a los padres de Francisco.
Carlos Vesteiro tenía 50 años, nació en La Coruña y pertenecía al Arma de Infantería. Era especialista en automovilismo y carros de combate. Sus restos mortales fueron inhumados en el panteón de la Brigada de Paracaidistas de Alcalá de Henares (Madrid).
Véase también Ricardo Sáenz de Ynestrillas Martínez yFrancisco Casillas Martín.
José Miguel Moros, de 18 años, era natural de Portugalete y estaba soltero. Llevaba dos meses trabajando en la Constructora Urgandía cuando una bomba le destrozó una mano y le causó heridas muy graves en la cara. Ocurrió el 27 de junio de 1986. Fue trasladado al hospital de Cruces de Barakaldo para ser intervenido quirúrgicamente. Murió el 13 de agosto.
La noche anterior al atentado, la Policía Municipal de Santurce había recibido un aviso de bomba. Lo notificó a la Policía Nacional y a la Municipal de Portugalete. Pensaron que la información era falsa, por la llamada y la localización de la bomba. Aun así, se inspeccionó el lugar sin encontrar nada sospechoso. La bomba explotó a las 7:50 horas al activarse el motor de una máquina perforadora que encendió el operario José Miguel Moros Peña. El atentado fue asumido por el grupo Iraultza (Revolución).
En 2002, el Ayuntamiento de Portugalete hizo un homenaje a José Miguel Moros y a otra víctima de la misma localidad asesinada por ETA en 1979, Manuel Ferreira Simois.
El guardia civil José Carlos Marrero Sanabria, de 28 años, natural de Las Palmas de Gran Canaria, era integrante de los Grupos Antiterroristas Rurales (GAR).
El 28 de junio, sobre las 8:30 horas, participaba en un convoy del GAR que transitaba por el Alto de Meagas, en Zarautz, para inspeccionar la zona, cuando un artefacto explosivo, colocado junto a la calzada y activado a distancia, estalló en el momento en que pasaba el vehículo en el que viajaba Marrero.
La explosión mató en el acto al guardia civil Francisco Muriel Muñoz y resultaron heridos los guardias José Carlos Marrero Sanabria, Manuel Ángel Arenal Linares, Juan Carlos Carballo Gañán, José María Baltasar Gil, Ramón Perona Sánchez y Luis Pérez Bao.
El agente Marrero Sanabria sufrió insuficiencia respiratoria y shock traumático que le causaron una grave lesión cerebral. Fue ingresado en un centro psiquiátrico, pero murió dos años más tarde, el 10 de enero de 1988, tras quitarle la pistola a un compañero del Instituto Armado que le visitaba y suicidarse de un tiro en la cabeza.
Véase el relato completo del atentado en Francisco Muriel Muñoz.
Francisco Muriel Muñoz, de 30 años, natural de Archidona (Málaga), estaba soltero. Ingresó en 1979 en la Guardia Civil y era integrante de los Grupos Antiterroristas Rurales (GAR).
El 28 de junio se produjo una oleada de atentados terroristas contra las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado en diversos lugares de la geografía vasca.
Se puso en marcha un dispositivo de rastreo de la zona por parte de los GAR. En la carretera de Zarautz hasta el Alto de Meagas, sobre las 8:30 horas, un artefacto explosivo accionado a distancia explotó al paso del vehículo de los GAR. La explosión acabó en el acto con la vida del agente Francisco Muriel Muñoz. También resultaron heridos los guardias José Carlos Marrero Sanabria (falleció casi dos años más tarde en un hospital psiquiátrico en el que fue internado debido a las secuelas cerebrales que le produjo el atentado), Manuel Ángel Arenal Linares, Juan Carlos Carballo Gañán, José María Baltasar Gil, Ramón Perona Sánchez y Luis Pérez Bao.
Poco después de la primera explosión, cuando agentes de la Guardia Civil rastreaban la zona, otra bomba fue accionada a distancia y varios guardias civiles sufrieron perforación timpánica.
El mismo día se produjo otro ataque terrorista en la calle Cortes de Bilbao contra dos vehículos de la Policía Nacional mediante una bomba escondida en una papelera. Afortunadamente, la bomba fue detonada antes de que los coches estuvieran a su alcance. Resultaron heridos cuatro policías nacionales y un civil.
Los etarras José María Pérez Díaz y José Antonio López Ruiz fueron condenados a penas de 197 años de cárcel como autores del atentado; Begoña Uzcudun Echenagusia, a 106 años de reclusión; José Ignacio Urdiain Ciriza, a 197 años de cárcel y Miguel Azcue Berasaluce, a las mismas penas que los anteriores. Además tuvieron que indemnizar económicamente a los herederos de Francisco Muriel Muñoz y a los agentes que resultaron heridos.
Véase también José Carlos Marrero Sanabria.
Carmelo Bella Álamo, de 22 años, era natural de Granja de Torrehermosa (Badajoz). Había ingresado en la Benemérita un año antes de morir y daba servicio en el Destacamento de Tráfico de Arganda.
El 14 de julio de 1986, ETA colocó una furgoneta-bomba en la plaza de la República Dominicana, en Madrid. Hacia las 7:45 horas, la bomba explotó cuando un convoy de vehículos de la Guardia Civil, formado por un autobús, un minibús y un todoterreno, salió del cuartel de la Escuela de Tráfico en Príncipe de Vergara en dirección a la Venta de la Rubia, donde realizaban prácticas de motocicleta. Fallecieron 12 agentes del Instituto Armado y otras 78 personas —entre transeúntes y miembros de la Benemérita— sufrieron heridas.
Los terroristas Idoia López Riaño y Juan Manuel Soares Gamboa colocaron la furgoneta; Antonio Troitiño Arranz se situó junto a una parada de autobús próxima y accionó la bomba, y José Ignacio de Juana Chaos se quedó a la espera en un vehículo preparado para la huida. Otros terroristas del comando Madrid participaron en las labores de vigilancia y preparación del explosivo: Esteban Esteban Nieto e Inés del Río Prada. Todos ellos, más Santiago Arrospide, fueron condenados a penas mayores de 1.000 años de prisión cada uno y a pagar una indemnización.
En el veinte aniversario del atentado, el pueblo de Granja de Torrehermosa hizo un homenaje a los 12 guardias civiles asesinados. La madre de Carmelo descubrió una placa en la plaza de Santa Ana donde están inscritos los nombres de los fallecidos. Casi 22 años después, se inauguró en el lugar del crimen un monumento en homenaje a las víctimas del terrorismo, gracias a donaciones de ciudadanos anónimos.
Véase también Juan Ignacio Calvo Guerrero, José Calvo Gutiérrez, Miguel Ángel Cornejo Ros, Javier Esteban Plaza, José Fernández Pertierra, Jesús María Freixes Montes, José Joaquín García Ruiz, Ángel de la Higuera López, Santiago Iglesias Godino, Jesús Jiménez Jimeno y Antonio Lancharro Reyes.
El guardia civil Juan Ignacio Calvo Guerrero, de 25 años, era natural de la Pola de Gordón (León), estaba casado y tenía un hijo pequeño. Hacia las 7:45 horas del 14 de julio de 1986, una furgoneta-bomba colocada por el comando Madrid explotó al paso de un convoy de vehículos de la Guardia Civil, en la madrileña plaza de la República Dominicana.
Falleció días después del atentado, en el Hospital de La Paz. Juan Ignacio había llegado a Madrid pocas semanas antes del atentado tras su primer destino en Mieres (Asturias).
Relato completo del atentado en Carmelo Bella álamo.
Véase también José Calvo Gutiérrez, Miguel Ángel Cornejo Ros, Javier Esteban Plaza, José Fernández Pertierra, Jesús María Freixes Montes, José Joaquín García Ruiz, Ángel de la Higuera López, Santiago Iglesias Godino, Jesús Jiménez Jimeno y Antonio Lancharro Reyes.
José Calvo Gutiérrez tenía 19 años cuando la banda terrorista ETA le asesinó en la plaza de la República Dominicana, en Madrid. Viajaba en un convoy de la Guardia Civil para hacer prácticas de motocicleta. Era natural de Barcelona y llevaba en la Guardia Civil un año. Estaba destinado en el Destacamento de Tráfico de Barajas. El atentado sucedió el 14 de julio de 1986.
Relato completo del atentado en
Relato completo del atentado en Carmelo Bella álamo.
Véase también Miguel Ángel Cornejo Ros, Javier Esteban Plaza, José Fernández Pertierra, Jesús María Freixes Montes, José Joaquín García Ruiz, Ángel de la Higuera López, Santiago Iglesias Godino, Jesús Jiménez Jimeno y Antonio Lancharro Reyes.
El guardia civil Miguel Ángel Cornejo Ros, natural de Burjasot (Valencia), tenía 24 años cuando ETA le asesinó junto a otros once compañeros en la plaza de la República Dominicana de Madrid. Se había incorporado a la Guardia Civil hacía un año. Estaba casado. El atentado sucedió el 14 de julio de 1986.
Relato completo del atentado en Carmelo Bella álamo.
Véase también José Calvo Gutiérrez, Javier Esteban Plaza, José Fernández Pertierra, Jesús María Freixes Montes, José Joaquín García Ruiz, Ángel de la Higuera López, Santiago Iglesias Godino, Jesús Jiménez Jimeno y Antonio Lancharro Reyes.
El agente de la Benemérita, Javier Esteban Plaza, era natural de Guadalajara. Soltero y con novia, tenía 26 años de edad cuando ETA le asesinó junto a otros once compañeros, el 14 de junio de 1986. Fue ingresado en el Hospital de La Paz, donde falleció cuatro días después del atentado con furgoneta bomba ocurrido en la madrileña plaza de la República Dominicana.
Relato completo del atentado en Carmelo Bella álamo.
Véase también José Calvo Gutiérrez, Miguel Ángel Cornejo Ros, José Fernández Pertierra, Jesús María Freixes Montes, José Joaquín García Ruiz, Ángel de la Higuera López, Santiago Iglesias Godino, Jesús Jiménez Jimeno y Antonio Lancharro Reyes.
El guardia civil, Andrés José Fernández Pertierra, de 20 años y natural de Gijón (Asturias), se dirigía junto a un grupo de compañeros a realizar prácticas de motocicleta en las afueras de Madrid. Murió en Madrid en el atentado con furgoneta-bomba de la plaza de la República Dominicana, organizado por el comando Madrid de ETA el 14 de julio de 1986. Había ingresado en el Instituto Armado apenas tres meses y medio antes del atentado. También fueron asesinados otros once agentes.
Relato completo del atentado en Carmelo Bella álamo.
Véase también José Calvo Gutiérrez, Miguel Ángel Cornejo Ros, José Fernández Pertierra, Jesús María Freixes Montes, José Joaquín García Ruiz, Ángel de la Higuera López, Santiago Iglesias Godino, Jesús Jiménez Jimeno y Antonio Lancharro Reyes.
Jesús María Freixes Montes, de 21 años, había ingresado en la Benemérita hacía poco más de cuatro meses. ETA le asesinó en la plaza de la República Dominicana de Madrid, junto a 11 compañeros, cuando se desplazaba en un convoy de la Guardia Civil, el 14 de julio de 1986.
Su padre, Francisco Freixes, era concejal independiente en el Ayuntamiento de Lérida y corresponsal del diario ABC. Sus restos fueron inhumados en el cementerio municipal ilerdense. Teresa Freixes, su hermana, escribió una carta a ETA que fue publicada en varios medios de comunicación.
Relato completo del atentado en Carmelo Bella álamo.
Véase también Juan Ignacio Calvo Guerrero, José Calvo Gutiérrez, Miguel Ángel Cornejo Ros, Javier Esteban Plaza, José Fernández Pertierra, José Joaquín García Ruiz, Ángel de la Higuera López, Santiago Iglesias Godino, Jesús Jiménez Jimeno y Antonio Lancharro Reyes.
José Joaquín García Ruiz, de 21 años, se había incorporado a la Guardia Civil apenas tres meses y medio antes de que el comando Madrid de ETA le asesinara, junto a otros 11 compañeros, en la plaza de la República Dominicana de Madrid. Ocurrió el 14 de julio de 1986. Era natural de Merindad de Valdivieso, estaba soltero y destinado en el Destacamento de Tráfico de Briviesca-Autopista.
Relato completo del atentado en Carmelo Bella álamo.
Véase también Juan Ignacio Calvo Guerrero, José Calvo Gutiérrez, Miguel Ángel Cornejo Ros, Javier Esteban Plaza, José Fernández Pertierra, Jesús María Freixes Montes, Ángel de la Higuera López, Santiago Iglesias Godino, Jesús Jiménez Jimeno y Antonio Lancharro Reyes.
Ángel de la Higuera López tenía 20 años cuando ETA le asesinó en la madrileña plaza de la República Dominicana, junto a otros 11 agentes de la Guardia Civil, al explotar una furgoneta-bomba. Falleció 17 días después del atentado. Era natural de Alfacar (Granada) y llevaba cuatro meses en el Instituto Armado. El atentado sucedió el 14 de julio de 1986.
Ángel era el menor de siete hermanos. Era aficionado a las motocicletas, por eso su alias era Ángel Nieto, su ídolo de juventud.
Relato completo del atentado en Carmelo Bella álamo
Véase también Juan Ignacio Calvo Guerrero, José Calvo Gutiérrez, Miguel Ángel Cornejo Ros, Javier Esteban Plaza, José Fernández Pertierra, Jesús María Freixes Montes, José Joaquín García Ruiz, Santiago Iglesias Godino, Jesús Jiménez Jimeno y Antonio Lancharro Reyes.
El agente Santiago Iglesias Godino, de 20 años, nació en Hondón de las Nieves (Alicante). Ingresó en la Guardia Civil tres meses y medio antes de que ETA le asesinara en la madrileña plaza de la República Dominicana, junto a otros 11 agentes de la Guardia Civil, al hacer explotar una furgoneta-bomba. El atentado sucedió el 14 de julio de 1986. Su familia decidió donar sus órganos.
Relato completo del atentado en Carmelo Bella álamo.
Véase también Juan Ignacio Calvo Guerrero, José Calvo Gutiérrez, Miguel Ángel Cornejo Ros, Javier Esteban Plaza, José Fernández Pertierra, Jesús María Freixes Montes, José Joaquín García Ruiz, Ángel de la Higuera López, Jesús Jiménez Jimeno y Antonio Lancharro Reyes.
Jesús Jiménez Jimeno, de 20 años, murió en el acto en el interior del autobús destrozado por la bomba accionada a distancia por un miembro del comando Madrid de ETA, el 14 de julio de 1986. Se había incorporado a la Guardia Civil hacía algo más de 4 meses y estaba destinado en el Destacamento de Tráfico de Teruel. Era oriundo de Cascante del Río (Teruel).
Relato completo del atentado en Carmelo Bella álamo.
Véase también Juan Ignacio Calvo Guerrero, José Calvo Gutiérrez, Miguel Ángel Cornejo Ros, Javier Esteban Plaza, José Fernández Pertierra, Jesús María Freixes Montes, José Joaquín García Ruiz, Ángel de la Higuera López, Santiago Iglesias Godino y Antonio Lancharro Reyes.
Antonio Lancharro Reyes solo llevaba en la Benemérita tres meses cuando ETA le asesinó, junto a 11 compañeros más, al explotar una furgoneta-bomba en la plaza madrileña de la República Dominicana. Había nacido en la localidad pacense de Monesterio hacía 21 años y estaba soltero. En Mérida se levantó una escultura en homenaje a la Guardia Civil.
Relato completo del atentado en Carmelo Bella álamo.
Véase también Juan Ignacio Calvo Guerrero, José Calvo Gutiérrez, Miguel Ángel Cornejo Ros, Javier Esteban Plaza, José Fernández Pertierra, Jesús María Freixes Montes, José Joaquín García Ruiz, Ángel de la Higuera López, Santiago Iglesias Godino y Jesús Jiménez Jimeno .
El agente de la Guardia civil Adrián González Revilla, de 29 años, inspeccionaba con otros compañeros la casa-cuartel de Aretxabaleta (Guipúzcoa) contra la que habían lanzado granadas unas horas antes. Cuando estaba en una zona de campo del entorno del acuartelamiento, un artefacto explosivo oculto entre la hierba explotó. Mató a Adrián y a su superior, el teniente Ignacio Mateu Istúriz.
Adrián González era natural de Cillamayor (Palencia). Llevaba cinco años en la Guardia Civil y cuatro de ellos en el servicio de los Grupos Antiterroristas Rurales (GAR).
Relato completo del atentado en Ignacio Mateu Istúriz.
En la madrugada del 26 de julio, dos granadas anticarro fueron lanzadas contra la casa cuartel de Aretxabaleta (Guipúzcoa) sin causar daños personales ni materiales. Varios miembros de los Grupos Antiterroristas Rurales (GAR) se acercaron al lugar para inspeccionar la zona. Cuando los agentes estaban cerca del campo, una bomba-trampa oculta entre la hierba estalló y alcanzó de lleno al teniente Ignacio Mateu Istúriz y al guardia primero Adrián González Revilla, que murió en el acto. Mateu murió poco después, mientras era trasladado en ambulancia al hospital vitoriano Ortiz de Zárate.
El teniente Mateu, de 27 años, era natural de Madrid y estaba soltero. Ingresó en la Guardia Civil en 1981 y llevaba tres años en los GAR. Mateu era uno de los siete hijos de José Francisco Mateu Canoves, a quien ETA había matado a tiros en 1978. Era magistrado suplente del Tribunal Supremo.
Véase también Adrián González Revilla.
Hacia las 18:00 horas, José María Picatoste González de Echávarri estaba comiendo con su esposa, unos familiares y unos amigos en el restaurante Astola de Villarreal (Álava), cuando dos miembros de ETA, pertenecientes al comando áraba, entraron en el establecimiento. Los terroristas esperaron tomando un refresco en la barra a que José María saliera del local. Cuando se dirigía con su mujer, una sobrina y otro matrimonio hacia el coche, los etarras le siguieron y uno de ellos le disparó cuatro tiros, matándole casi en el acto. La esposa del militar fue herida por los cristales que saltaron del coche cuando los terroristas dispararon contra su esposo.
José María había llegado el día anterior a Villarreal para pasar cuatro días en casa de su madre, algo que solía hacer todos los veranos. De 58 años y natural de San Sebastián, estaba casado y tenía cuatro hijos. Era coronel de Artillería en la reserva activa y estaba destinado en el cuartel general de la Brigada de Artillería de Burgos. También era especialista en artillería antiaérea.
Por este atentado fueron condenados los etarras Francisco Antonio Cabello Pérez a 29 años de prisión, Juan María Gabirondo Agote a 29 años, Eduardo Sainz Lobato a 27 años y Jon Joseba Arrejolaleiba Madina a 7 años.
María Dolores González Catarain, Yoyes, de 32 años y natural de Villafranca de Ordicia, huyó a Francia en 1973. Había sido dirigente de ETA. La banda armada la consideró traidora y chivata y planificó su asesinato. El 10 de septiembre de 1986 le mataron a tiros.
María Dolores decidió desvincularse de ETA tras el asesinato de Argala, en 1978. Marchó a México para estudiar Sociología en la universidad, trabajó y tuvo un hijo. Un año antes de su asesinato, regresó al País Vasco con su marido y su hijo, de 3 años. Informó a ETA de sus propósitos y se acogió a la Amnistía de 1977.
Aquel 10 de septiembre, María Dolores paseaba por una plaza de Ordicia junto a su hijo. El etarra José Antonio López Ruiz, Kubati, le disparó en el muslo y el tórax y la remató con un disparo en la cabeza.
Tras su muerte, la Guardia Civil descubrió una carta en su domicilio, fechada en París el 8 de octubre de 1985, en la que responsabilizaba de su muerte a ETA.
Fueron condenados José Antonio López Ruiz como presunto autor del atentado a 29 años de reclusión mayor y a siete años de prisión y José Miguel Latasa Guetaria a 27 años, 8 meses y 1 día de reclusión mayor. Además, debían indemnizar económicamente de forma solidaria a los herederos de María Dolores.
Ángel González del Pozo, de 28 años, era natural de Sevilla. Estaba destinado en la X Compañía de la Reserva General en Barcelona.
Miembros del comando Barcelona de ETA colocaron un coche-bomba cerca del cuartel de la Policía Nacional de Belchite, en la plaza de España de Barcelona, cuya detonación estaba programada a las 22:30 horas. Cuando explotó, el policía nacional Ángel González del Pozo, que vigilaba el cuartel, falleció en el acto.
Los compañeros rindieron homenaje a Ángel González en el funeral que se celebró en el acuartelamiento de Verneda (Barcelona).
En el mismo atentado resultaron heridos los policías Ángel Barceló Naranjo, Francisco Sánchez Torres, Francisco Rivero Iglesias y Antonio Gómez Martín, además de diez civiles. ETA asumió la autoría del asesinato.
Fueron condenados los etarras Josefa Mercedes Ernaga Esnoz a 75 años de reclusión, Rafael Caride Simón a 102 años de cárcel, además de la indemnización económica correspondiente a los herederos de Ángel González Pozo, de Ángel Barceló Naranjo, y de los heridos.
Veáse también Ángel Barceló Naranjo
Miembros del comando Barcelona de ETA colocaron un coche-bomba cerca del cuartel de la Policía Nacional de Belchite, en la plaza de España de Barcelona, cuya detonación estaba programada a las 22:30 horas. Falleció el Policía Nacional Ángel González del Pozo, que vigilaba el cuartel, y otros agentes resultaron heridos, ente ellos Ángel Barceló Naranjo,
Diez meses después, aún sin haber recibido el alta, Ángel falleció a los 40 años. Estaba casado.
Veáse también Ángel González del Pozo
Rafael Garrido Gil, de 59 años, era natural de Zaragoza. Llevaba un año en el cargo de gobernador militar de Gipuzkoa. Sobre las 10:30 horas, Rafael salió en su coche oficial de la sede del Gobierno Militar de San Sebastián con su mujer, un hijo y un soldado conductor. Iban de excursión, cuando una bomba explotó en su coche y mató a la familia. Fue el 25 de octubre de 1986.
El coche paró en un semáforo en rojo en el cruce de la avenida del Boulevard y la calle Legazpi, cuando dos etarras que les seguían en una motocicleta, les colocaron una bomba sobre el techo del vehículo y huyeron. La bomba mató a Rafael, a su esposa, Daniela Velasco Domínguez de Vidaurreta, y a su hijo, Daniel Garrido Velasco. Numerosos transeúntes resultaron heridos. Norberto Jesús Cebrer Lozano, el conductor, sufrió quemaduras graves. Días más tarde, María José Teixeira Gonçalves , que transitaba por la zona, también falleció por las heridas.
Rafael estuvo destinado en la Academia de Montaña de Jaca y en la Agregaduría Militar de la Embajada española en Bonn. Era diplomado de Estado Mayor, tropas de montaña y carros de combate. Tenía seis hijos. Sus restos mortales fueron enterrados, junto a los de su mujer y su hijo, en Jaca.
El mismo día del atentado, varios miles de personas se manifestaron en Bilbao. En 2003 los hermanos de Daniel Garrido Velasco, Fernando e Ignacio, recibieron la Medalla de Oro original en representación de todos los familiares de las víctimas.
Fueron condenados los terroristas José Antonio López Ruiz, José Miguel Latasa Guetaria y Santiago Arrospide Sarasola, este último había ordenado y financiado el atentado. Además, debían pagar una indemnización conjunta y solidaria.
Véase también María José Teixeira Gonçalves, Daniel Garrido Velasco y Daniela Velasco Domínguez de Vidaurreta.
Daniel Garrido Velasco, de 21 años, era uno de los seis hijos de Rafael Garrido Gil, gobernador militar de Gipuzkoa, y Daniela Velasco Domínguez de Vidaurreta. Daniel estudiaba Magisterio y euskera en San Sebastián. ETA le mató el 25 de octubre de 1986, colocando una bomba en el techo del coche en el que viajaban.
Relato completo del atentado en Rafael Garrido Gil.
Véase también María José Teixeira Gonçalves y Daniela Velasco Domínguez de Vidaurreta.
María José Teixeira Gonçalves, de 27 años, era portuguesa y paseaba por el lugar del atentado que mató a Rafael Garrido Gil., a su esposa, Daniela Velasco Domínguez de Vidaurreta, y al hijo de ambos, Daniel Garrido Velasco, el 25 de octubre de 1986. No murió en el acto, sino que falleció 17 días después, debido a las heridas que había sufrido por la explosión de la bomba-lapa colocada por miembros de ETA sobre el techo del coche oficial de Rafael.
Relato completo del atentado en Rafael Garrido Gil.
Véase también Daniel Garrido Velasco y Daniela Velasco Domínguez de Vidaurreta.
Daniela Velasco Domínguez de Vidaurreta, de 57 años, era natural de Sangüesa (Navarra) y tenía seis hijos cuando fue asesinada por ETA en el interior de un coche oficial junto a su esposo, Rafael Garrido Gil, y su hijo Daniel Garrido Velasco. El atentado sucedió el 25 de octubre de 1986.
Relato completo del atentado en Rafael Garrido Gil.
Véase también Daniel Garrido Velasco y María José Teixeira Gonçalves.
Tres miembros del comando Vizcaya de ETA robaron un taxi para asesinar al policía nacional Julio César Sánchez Rodríguez, de 31 años, el 28 de octubre de 1986. Los etarras se acercaron al lugar donde se encontraba Sánchez y mientras uno esperaba al volante, otro bajó del vehículo, se aproximó al objetivo y le disparó un único tiro en la cabeza, matándole en el acto.
Eran las 17:15 horas. Sánchez acompañaba a sus cuatro hijos de regreso a casa en el barrio de San Adrián, en Bilbao. Aquel día, los menores fueron testigos del asesinato de su padre, a escasos metros del portal de su casa.
Sánchez estaba casado con Leonor Fuente y tenía cuatro hijos. El policía había llegado al País Vasco ocho años atrás, procedente de Salamanca, su tierra natal y donde fue enterrado. Había ingresado en el Cuerpo Nacional de Policía en 1977. En Bilbao trabajaba en las oficinas de expedición del Documento Nacional de Identidad.
El etarra Julián Achurra Egurola fue condenado como coautor de un delito de asesinato a la pena de 28 años de reclusión mayor, aunque él no fue quien disparó al policía. Además, debía pagar una indemnización económica.
En la tarde del 15 de octubre de 1986, miembros de ETA secuestraron al empresario Lucio Aguinagalde, de 69 años, a las puertas de su casa. Se desplazaron hasta la sierra del Gorbea, en Ubidea (Vizcaya) y ocultaron a Lucio en una cueva.
Días después, el 2 de noviembre, la ertzaintza desplegó un operativo, dirigido por Genaro García de Andoain Larrinaga, amigo personal de Lucio. Cuando intentaron entrar en la cueva, dos etarras, Juan María Gabirondo Agote y Luis Enrique Gárate Galarza dispararon contra los policías. Genaro murió, uno de los etarras consiguió huir y el otro fue detenido y herido. El tercer etarra, Francisco Cabello Pérez, fue capturado ileso. Mientras, Lucio fue liberado sin sufrir daños.
Genaro, de 64 años, era natural de Bilbao y tenía tres hijos. Veterano militante del PNV, fue el segundo mando de la Policía Autonómica vasca asesinado por ETA. Fue director de Tráfico del Gobierno vasco y en octubre de 1985 fue nombrado delegado para Asuntos de la Policía. Con 17 años fue miembro del batallón de soldados vascos Arana Goiri. Tras la Guerra Civil española fue encarcelado hasta 1943.
Los etarras Juan María y Francisco fueron condenados a 29 años de reclusión mayor, además de la correspondiente indemnización a los herederos de la víctima. Luis Enrique fue detenido en el sur de Francia y le atribuyeron la autoría del ametrallamiento.
Francisco Royo resultó afectado por la explosión de un coche-bomba situado frente a un concesionario de coches en Barcelona. Como consecuencia de la explosión sufrió un estrés emocional intensivo y posteriormente un infarto, ingresando cadáver en el Hospital Príncipes de España.
José Antonio Peña Medina, de 26 años, era natural de Castillo de Locubín (Jaén), estaba casado y tenía dos hijos. Había ingresado en la Guardia Civil hacía cinco años. El 24 de diciembre de 1986, una bomba de ETA acabó con su vida.
Poco antes de las 20:00 horas, la Asociación de Ayuda en Carretera de San Sebastián y el Pryca de Oiartzun fueron avisados de la colocación de un artefacto en el hipermercado. Efectivos de la Guardia Civil se trasladaron al lugar y cuando el agente José Antonio Peña Medina iba a inspeccionar una bolsa de deporte en el puesto de información al cliente, explotó la bomba que había en su interior. José Antonio murió en el acto y resultaron heridos un vigilante del centro comercial y un empleado de limpieza.
El etarra Francisco Ramón Uribe Navarro fue condenado a penas que sumaban 50 años y 4 meses de cárcel. Además, le condenaron a pagar una indemnización.