El policía nacional José Ignacio, de 39 años, era natural de la localidad leonesa de Villagatón. Residía en Galdácano desde hacía ocho años. Estaba casado y tenía tres hijos, de 4, 10 y 14 años. En 1978 ingresó en el Cuerpo Nacional de Policía y después de un año comenzó a trabajar en el Servicio de Automoción de la comisaría de Basauri.
El 30 de enero de 1990, fue la primera vez que ETA empleaba una bicicleta-bomba para asesinar. Poco antes de las 15:00 horas, José Ignacio salió del bar Los Claveles de Galdácano, donde solía tomar el aperitivo antes de ir a comer a su casa. Iba a subir a su coche cuando una bomba en una bicicleta, ubicada junto al coche, explotó y le causó la muerte en el acto. Fue enterrado en el cementerio de Astorga tras su funeral en la iglesia de Santa Marta de la localidad leonesa. Más de 4.000 personas asistieron a las honras fúnebres.
El teniente Aureliano Rodríguez Arenas, de 65 años, fue celador mayor de la Armada durante 20 años y en 1989 pasó a la reserva. Era natural de Córdoba, pero llevaba en San Sebastián 30 años. Estaba casado y tenía tres hijos.
El 1 de marzo de 1990, hacia las 23:00 horas, Aureliano Rodríguez Arenas entraba en el portal de su casa en Bidebieta-La Paz, en San Sebastián, cuando miembros de ETA le dispararon dos tiros en la cabeza. Permaneció algunos días en coma profundo en Nuestra Señora de Aránzazu. Falleció la madrugada del 5 de marzo.
El funcionario de prisiones, Ángel Jesús Mota Iglesias, de 31 años, estaba casado y tenía dos hijos. Era natural de Zamora, pero vivía en el País Vasco desde hacía 30 años. Estaba adscrito a la Administración de Instituciones Penitenciarias. Llevaba 11 años en la prisión de Martutene. Repartía la paga a los reclusos y entregaba las nóminas a sus compañeros, entre otras funciones.
El 13 de marzo de 1990, un terrorista asesinó a Ángel Jesús disparándole en presencia de su mujer y su hijo de 6 meses. Estaban en el barrio El Antiguo de San Sebastián. Mientras su esposa cerraba un negocio familiar, Ángel fue a su furgoneta con el bebé. En ese momento, un etarra se acercó y le disparó a bocajarro. El terrorista huyó del lugar en una motocicleta junto a otro etarra. Falleció en el hospital de la Cruz Roja de San Sebastián por las heridas de dos disparos en el cráneo y el cuello.
Durante las semanas posteriores al atentado, los funcionarios de varios centros penitenciarios de España hicieron manifestaciones, concentraciones y huelgas por la inseguridad de su trabajo y por la política antiterrorista.
Francisco Javier Balerdi Ibarguren fue condenado a 30 años de reclusión mayor por el asesinato, así como a indemnizar a sus herederos.
Benjamín era natural de la localidad zamorana de Torregamones. Era viudo desde hacía cuatro años y tenía tres hijas y un hijo. Vivía en Gipuzkoa desde hacía 20 años.
El 4 de abril de 1990, sobre las 17:00 horas, a 40 metros de su casa, dos etarras dispararon al guardia civil Benjamín Quintano por la espalda y hasta en seis ocasiones, cuando regresaba a su casa tras realizar un servicio excepcional en el acuartelamiento de Intxaurrondo. Murió casi en el acto. Uno de sus hijos, al oír los disparos bajó de su casa para auxiliar a su padre. Fue enterrado en el cementerio de su localidad natal junto a su mujer.
Elena María Moreno Jiménez, donostiarra de 30 años, casada y con dos hijos, fue asesinada a tiros junto a su marido, Miguel Paredes García, cuando salían de cenar del restaurante Txiki, en el casco antiguo de San Sebastián. El atentado sucedió el 6 de abril de 1990.
Relato completo del atentado en Miguel Paredes García.
Miguel Paredes García, donostiarra de 33 años, estaba casado y con dos hijos. Fue asesinado a tiros junto a su mujer, Elena María Moreno Jiménez, el 6 de abril de 1990 cuando salían de cenar del restaurante Txiki, en el casco antiguo de San Sebastián. En el atentado también resultó herido Javier Marcos Espiga, de 18 años, que fue operado de urgencia.
ETA justificó el doble asesinato por la supuesta relación de las víctimas con el tráfico de drogas, elevando a 12 las personas asesinadas por tal motivo hasta la fecha.
Dos días después se celebró el funeral por la pareja en la parroquia de los Padres Franciscanos de San Sebastián y fueron enterrados en el cementerio de Polloe.
Véase también Elena María Moreno Jiménez.
El cadáver del portugués Virgilio do Nascimento Afonso, de 24 años, apareció en el barrio donostiarra de Buenavista el 23 de mayo de 1990. Casi un mes después ETA se atribuyó el crimen por la relación de la víctima con el tráfico de drogas. Según los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, Virgilio era el responsable de una banda que también se dedicaba al tráfico de armas y el robo de coches.
Francisco Almagro Carmona, granadino de 36 años, estaba casado y con dos hijos. Ex policía nacional expulsado del Cuerpo por tenencia de estupefacientes, fue asesinado en el portal de su casa en Rochapea (Pamplona), la madrugada del 3 de julio de 1990. Fue enterrado en el cementerio granadino de San José.
Germán Rubenach Roig fue condenado como autor del asesinato a 30 años de reclusión mayor, y a indemnizar a los herederos de Francisco. La pistola usada para matarle se encontró junto al cadáver del terrorista Juan María Lizarralde Urreta tras su suicido el 26 de junio de 1990.
Rafael San Sebastián, bilbaíno de 42 años y desempleado, vivía con sus padres en el barrio de Neguri de Algorta (Vizcaya) y era hermano de Federico San Sebastián Flechoso, secretario general de Iberduero. El 10 de junio de 1990, mientras desayunaba en la cafetería Gwendolyne de Getxo, Jon Bienzobas le disparó tres veces en la cabeza matándole en el acto. Otro terrorista se quedó fuera del local cubriendo la acción. Ambos etarras huyeron junto a otros terroristas que les esperaban en un coche frente a la cafetería.
No obstante, ETA afirmó en un comunicado que el asesinato de Rafael se trataba de un “error (...) Reiteramos, pues, ante nuestro Pueblo y muy en particular ante los familiares y allegados de la víctima nuestra más seria y sincera autocrítica por esta equivocación y error irreparables”.
Bienzobas fue extraditado temporalmente por Francia para ser juzgado y condenado en 2007.
El coronel de infantería del Ejército de Tierra, José Lasanta Martínez, de 71 años, nacido en Cienfuegos (Cuba) y soltero, estaba jubilado desde hacía 10 años. Antiguo titular del Juzgado de Instrucción número 2 del Tribunal Militar que se ocupaba de delitos de terrorismo, fue asesinado de un tiro en la nuca cuando caminaba por el paseo de La Concha de San Sebastián el 13 de junio de 1990. Falleció en el hospital de la Cruz Roja de la capital guipuzcoana.
Francisco Javier Balerdi Ibarguren, como informador de ETA, fue condenado en calidad de cómplice a 23 años de reclusión mayor y a indemnizar a los herederos de José.
El sargento de la Guardia Civil, José Luis Hervás Mañas, natural de Yeste (Albacete) de 34 años, casado y con dos hijos, formaba parte de una patrulla de vigilancia encargada de proteger a los turistas que visitaban el paraje natural de la Foz de Lumbier (Navarra). El 25 de junio de 1990, tras ir a comprobar los movimientos sospechosos de tres campistas que resultaron ser los etarras Germán Rubenach Roig, Juan María Lizarralde Urreta y Susana Arregui Maiztegui, fue asesinado a tiros por Rubenach cuando les instó a identificarse y mostrar el contenido de sus mochilas. Al día siguiente se encontraron muertos con disparos en la cabeza a Lizarralde y Arregui cerca de donde fue asesinado Hervás. La versión oficial, puesta en tela de juicio por los círculos proetarras, estableció que los terroristas se suicidaron al verse acorralados.
Hervás llevaba menos de cuatro meses en Navarra e iba a trasladarse a Castellón en un mes, donde ya tenía plaza asignada. Poseedor de la Cruz de la Orden del Mérito Militar, estudiaba Derecho. De niño había vivido en Castellón, donde residía su familia y fue finalmente enterrado.
Germán Rubenach Roig fue condenado a 57 años por el asesinato, entre otros delitos, y a indemnizar económicamente a los herederos de Hervás y a José Domínguez, que resultó herido en el tiroteo. Juan José Zubieta Zubeldia fue sentenciado a 24 años de cárcel y Javier María Goldaraz Aldaya a 23 años.
El capitán del Ejército de Tierra retirado Ignacio Urrutia Bilbao, bilbaíno de 75 años, casado y con dos hijos, regentaba, junto a su familia, una administración de loterías en el barrio donostiarra de El Antiguo. Fue asesinado de un tiro en la nuca el 28 de junio de 1990, mientras caminaba cerca de su casa. El disparo lo escuchó su esposa, una hija y un yerno, que fueron al lugar del atentado. El 18 de marzo de 2005 ascendió al grado de comandante a título póstumo.
Francisco Javier Balerdi Ibarguren fue condenado a 19 años de reclusión menor como cómplice del asesinato, y a indemnizar económicamente a los herederos de Ignacio.
El guardia civil José Manuel Alba Morales, zaragozano de 22 años, casado y esperando el nacimiento de su primer hijo, llevaba tres meses destinado en la Compañía de Especialistas Fiscales de la Guardia Civil de Bilbao. El 2 de septiembre de 1990, último día de servicio antes de sus vacaciones, un coche-bomba sin conductor impulsado por miembros de ETA por la rampa de entrada al muelle de Uribitarte, chocó y explotó en el lugar donde trabajaba José Manuel, que murió una hora después en el hospital de Basurto. La deflagración también mató al civil Luis Alberto Sánchez García, que había intentado detener el coche.
Sus restos mortales fueron trasladados a Córdoba, donde vivía la mayor parte de su familia.
Relato completo del atentado en Luis Alberto Sánchez García.
Luis Alberto Sánchez García, de 28 años, era natural de Barakaldo (Vizcaya). Murió el 2 de septiembre de 1990, cuando trataba de detener un coche-bomba sin conductor, impulsado por miembros de ETA por la rampa de entrada al muelle de Uribitarte. El vehículo explotó cerca del puesto de Servicio Fiscal de la Guardia Civil, matando también al guardia civil José Manuel Alba Morales, hiriendo a varias personas y ocasionando considerables daños materiales en las viviendas y vehículos cercanos.
Los etarras Jesús María Mendinueta Flores, Joseba Iñaki Zugadi García, Fernando del Olmo Vega e Inmaculada Pacho Martín, para los que el fiscal solicitaba un total de 360 años de reclusión, fueron absueltos por falta de pruebas. Juan Carlos Iglesias Chouzas, Gadafi, fue condenado junto a Juan María Ormazábal como autor del atentado. En total Iglesias fue condenado a más de 1.200 años de cárcel en los veinte juicios celebrados contra él.
Véase también José Manuel Alba Morales.
El 6 de octubre de 1990, el hostelero Carlos Arberas Arroyo, de 43 años, casado y con tres hijos, fue asesinado a tiros por dos terroristas en la barra del bar-restaurante Zabala de Palencia cuando tomaba algo al caer la noche. Los asesinos salieron del bar y huyeron en un taxi robado, donde les esperaba otro terrorista.
Antes de regentar su propio negocio, Arberas había trabajado como vigilante de seguridad en las obras de la central nuclear de Lemóniz.
José Francisco Hernández Herrera, policía nacional tinerfeño, natural de Tegueste y de 34 años, estaba casado y con dos hijos. Llevaba nueve años en el Cuerpo e iba a trasladarse próximamente a Tenerife, donde ya tenía aprobado el destino. El mediodía del 18 de noviembre de 1990, dos dotaciones del Cuerpo Nacional de Policía regresaban de trabajar en el campo de fútbol de Santurce, tras celebrarse un partido entre el equipo local y el Aragón. El atentado se produjo al pasar a la altura de un camión-bomba estacionado en el arcén, que alcanzó de lleno al segundo vehículo y mató en el acto a los agentes José Francisco Hernández Herrera y Daniel López Tizón. Todos los policías pertenecían a una unidad de reserva del Cuerpo Nacional con base en La Coruña y debían prestar servicio en Santurce hasta finales del mes de noviembre.
Los restos mortales fueron trasladados a Tejina (Tenerife), cerca de su pueblo natal.
Véase también Daniel López Tizón.
Daniel López Tizón, policía nacional coruñés de 41 años, estaba casado y con dos hijos. Fue asesinado por un camión-bomba que el comando Vizcaya detonó al paso del convoy formado dos vehículos blindados en el que viajaba el 18 de noviembre de 1990 en Santurce. Su compañero y amigo, José Francisco Hernández Herrera, también falleció en el atentado. Los restos mortales de López, que estaba realizando un servicio excepcional de 20 días en Vizcaya, fueron trasladados a su natal La Coruña.
Véase el relato completo del atentado en José Francisco Hernández Herrera.
El policía nacional Ramón Díaz García, cacereño de Casillas de Coria y de 42 años, estaba casado y tenía cuatro hijos. Fue asesinado el 8 de diciembre de 1990, cuando el convoy de dos furgones en el que viajaba para cubrir el partido de fútbol del Club Deportivo Sabadell y Málaga Club de Fútbol en la Nova Creu Alta, fue alcanzado por la explosión de un coche-bomba. El vehículo fue detonado a distancia por miembros del comando Barcelona. La explosión alcanzó de lleno al segundo furgón matando, además de a Díaz, a los agentes Juan José Escudero Ruiz, Juan Gómez Salar, Eduardo Hidalgo Carzo, Miguel Marcos Martínez y Francisco Pérez Pérez. Otros dos policías y nueve viandantes fueron heridos de gravedad.
Tres días después del atentado, Sabadell quedó totalmente paralizada durante cinco minutos en protesta contra el atentado para honrar a los fallecidos.
Los terroristas Juan Carlos Monteagudo Povo y Juan Félix Erezuma Uriarte, supuestos reponsables del atentado, murieron el 30 de mayo de 1991 en Lliçá de Munt (Barcelona), en un enfrentamiento armado con agentes de la Guardia Civil.
Véase también agentes Juan José Escudero Ruiz, Juan Gómez Salar, Eduardo Hidalgo Carzo,Miguel Marcos Martínez y Francisco Pérez Pérez.
Juan José Escudero Ruiz, granadino de 52 años, casado y con cuatro hijos, fue asesinado el 8 de diciembre de 1990. Conducía un furgón que se dirigía a cubrir el partido de fútbol del Club Deportivo Sabadell y Málaga Club de Fútbol en la Nova Creu Alta y fue alcanzado por la explosión de un coche-bomba detonado a distancia por miembros del comando Barcelona. Escudero murió junto a otros cinco compañeros del Cuerpo Nacional de Policía en el atentado: Ramón Díaz García,Juan Gómez Salar, Eduardo Hidalgo Carzo, Miguel Marcos Martínez y Francisco Pérez Pérez. Además, fueron heridos gravemente dos agentes y nueve viandantes.
Al día siguiente, se celebró la misa funeral en honor de los seis policías asesinados en la iglesia Sant Félix de Sabadell, a la que asistieron más de tres mil personas.
Relato completo del atentado en Ramón Díaz García.
Véase también Juan Gómez Salar, Eduardo Hidalgo Carzo,Miguel Marcos Martínez y Francisco Pérez Pérez.
El agente Juan Gómez Salar, barcelonés de 36 años, casado y con un hijo, fue asesinado el 8 de diciembre de 1990. El convoy de dos furgones, en el que viajaba para cubrir el partido de fútbol del Club Deportivo Sabadell y Málaga Club de Fútbol en la Nova Creu Alta, fue alcanzado por la explosión de un coche-bomba detonado a distancia por miembros del comando Barcelona. La explosión alcanzó de lleno al segundo furgón matando también a los agentes Ramón Díaz García, Juan José Escudero Ruiz, Eduardo Hidalgo Carzo, Miguel Marcos Martínez y Francisco Pérez Pérez.Otros dos policías y nueve viandantes fueron heridos de gravedad.
En 2005, se colocó una placa en la plaza de Ernest Lluch para recordar a las víctimas de aquel crimen.
Relato completo del atentado en Ramón Díaz García.
Véase también Juan José Escudero Ruiz, Eduardo Hidalgo Carzo,Miguel Marcos Martínez y Francisco Pérez Pérez.
Eduardo Hidalgo Carzo, policía nacional pacense de 43 años, casado y con dos hijos, fue asesinado el 8 de diciembre de 1990. El convoy de dos furgones, en el que viajaba para cubrir el partido de fútbol del Club Deportivo Sabadell y Málaga Club de Fútbol en la Nova Creu Alta, fue alcanzado por la explosión de un coche-bomba detonado a distancia por miembros del comando Barcelona. La explosión alcanzó de lleno al segundo furgón matando además a los agentes agentes Ramón Díaz García, Juan José Escudero Ruiz, Juan Gómez Salar, Miguel Marcos Martínez y Francisco Pérez Pérez. Otros dos policías y nueve viandantes fueron heridos de gravedad.
Véase el relato completo del atentado en Ramón Díaz García.
Véase también agentes Juan José Escudero Ruiz, Juan Gómez Salar, Miguel Marcos Martínez y Francisco Pérez Pérez.
El policía nacional Miguel Marcos Martínez, cacereño de 53 años, estaba casado y con dos hijos. Fue asesinado el 8 de diciembre de 1990, cuando el convoy de dos furgones en el que viajaba para cubrir el partido de fútbol del Club Deportivo Sabadell y Málaga Club de Fútbol en la Nova Creu Alta, fue alcanzado por la explosión de un coche-bomba detonado a distancia por el comando Barcelona. La explosión alcanzó de lleno al segundo furgón matando también a los agentes Ramón Díaz García, Juan José Escudero Ruiz, Juan Gómez Salar, Eduardo Hidalgo Carzo y Francisco Pérez Pérez. Otros dos policías y nueve viandantes fueron heridos de gravedad.
Los restos de Marcos fueron enterrados en Cilleros en un sepelio al que asistieron más de dos mil personas entre autoridades políticas, policiales y militares, además de familiares, amigos y vecinos de su pueblo natal.
Relato completo del atentado en Ramón Díaz García.
Véase también Juan José Escudero Ruiz, Juan Gómez Salar, Eduardo Hidalgo Carzo y Francisco Pérez Pérez.
Francisco Pérez Pérez, leonés de Torre del Bierzo, de 29 años y casado, fue asesinado el 8 de diciembre de 1990. El convoy en el que viajaba para cubrir el partido de fútbol del Club Deportivo Sabadell y Málaga Club de Fútbol en la Nova Creu Alta fue alcanzado por la explosión de un coche-bomba detonado a distancia por el comando Barcelona. La explosión alcanzó de lleno al segundo furgón matando además a los agentes Ramón Díaz García, Juan José Escudero Ruiz, Juan Gómez Salar, Eduardo Hidalgo Carzo y Miguel Marcos Martínez.Otros dos policías y nueve viandantes fueron heridos de gravedad.
Relato completo del atentado en Ramón Díaz García.
Véase también Juan José Escudero Ruiz, Juan Gómez Salar, Eduardo Hidalgo Carzo y Miguel Marcos Martínez.
Vicente López Jiménez, vendedor de prensa donostiarra. de 52 años y soltero, fue asesinado a tiros mientras aparcaba su moto el 13 de diciembre de 1990.
Tras el atentado, un individuo llamó a la Asociación de Auxilio en Carretera Detente y Ayuda (DYA) en nombre de ETA para informar de que habían asesinado a Vicente, calificándolo de chivato de la policía en Ulía, algo que negaron sus familiares y amigos.
Vicente era muy popular y querido en el barrio de Amara por recaudar dinero para los presos.
Francisco Javier Balerdi Ibarguren fue condenado a 30 años de reclusión mayor por las labores de vigilancia previas al asesinato y tuvo que indemnizar económicamente a los herederos de Vicente.
Luis Alfredo Achurra Cianca, policía nacional bilbaíno de 37 años, estaba casado y tenía tres hijos. El 14 de diciembre de 1990 se hallaba en un taller de reparación de vehículos en Amorebieta (Vizcaya), para pagar una factura. Cuando maniobró para reubicar su coche, explotó una bomba colocada en los bajos por miembros del comando Vizcaya, matándole en el acto e hiriendo al propietario de un bar cercano.
Juan Carlos Iglesias Chouzas, Gadafi,fue condenado a 35 años de reclusión mayor por colocar la bomba-lapa y Francisco Javier Martínez Izaguirre a 27 años de reclusión mayor; mientras que Juan María Ormazábal Ibarguren, que también participó en el atentado, murió en un tiroteo con la Policía Autonómica Vasca en agosto 1991.