En la primavera de 1975, la rama político militar de ETA envió varias células a Barcelona y Madrid para abrir nuevos frentes contra el régimen franquista. En Barcelona, los etarras atracaron varios bancos. En uno de ellos Ovidio Díaz López, de 31 años, casado, y a punto de ser padre de su primer hijo, perdió la vida.
El 6 de junio los etarras entraron en una oficina del Banco de Santander en la calle Caspe, pero una empleada activó una alarma conectada a la Policía que envió una patrulla. Los terroristas se toparon al salir con los agentes y abrieron fuego contra ellos. El cabo primero Ovidio Díaz López fue alcanzado por siete disparos, uno de ellos en el corazón. Uno de los asaltantes resultó herido todo el grupo –seis o siete individuos- logró darse a la fuga. Mes y después fueron detenidos en Barcelona Ignacio Pérez Beotegui, Wilson, uno de los principales dirigentes de ETA y máximo responsable de sus comandos especiales, y Jon Paredes Manot, Txiki, sorprendidos mientras preparaban un nuevo atraco. Txiki fue acusado de intervenir en el tiroteo que costó la vida a Ovidio López, juzgado en Consejo de Guerra sumarísimo y condenado a muerte. Le fusilaron el 27 de septiembre en el cementerio de Collserola . También al etarra Ángel Otaegui y a los integrantes del FRAP (Frente Revolucionario Antifascista y Patriota) José Luis Sánchez Bravo, Ramón García Sanz y Humberto Baena. Fueron las últimas ejecuciones del franquismo.
Ángel González del Pozo, de 28 años, era natural de Sevilla. Estaba destinado en la X Compañía de la Reserva General en Barcelona.
Miembros del comando Barcelona de ETA colocaron un coche-bomba cerca del cuartel de la Policía Nacional de Belchite, en la plaza de España de Barcelona, cuya detonación estaba programada a las 22:30 horas. Cuando explotó, el policía nacional Ángel González del Pozo, que vigilaba el cuartel, falleció en el acto.
Los compañeros rindieron homenaje a Ángel González en el funeral que se celebró en el acuartelamiento de Verneda (Barcelona).
En el mismo atentado resultaron heridos los policías Ángel Barceló Naranjo, Francisco Sánchez Torres, Francisco Rivero Iglesias y Antonio Gómez Martín, además de diez civiles. ETA asumió la autoría del asesinato.
Fueron condenados los etarras Josefa Mercedes Ernaga Esnoz a 75 años de reclusión, Rafael Caride Simón a 102 años de cárcel, además de la indemnización económica correspondiente a los herederos de Ángel González Pozo, de Ángel Barceló Naranjo, y de los heridos.
Veáse también Ángel Barceló Naranjo
Miembros del comando Barcelona de ETA colocaron un coche-bomba cerca del cuartel de la Policía Nacional de Belchite, en la plaza de España de Barcelona, cuya detonación estaba programada a las 22:30 horas. Falleció el Policía Nacional Ángel González del Pozo, que vigilaba el cuartel, y otros agentes resultaron heridos, ente ellos Ángel Barceló Naranjo,
Diez meses después, aún sin haber recibido el alta, Ángel falleció a los 40 años. Estaba casado.
Veáse también Ángel González del Pozo
Francisco Royo resultó afectado por la explosión de un coche-bomba situado frente a un concesionario de coches en Barcelona. Como consecuencia de la explosión sufrió un estrés emocional intensivo y posteriormente un infarto, ingresando cadáver en el Hospital Príncipes de España.
Antonio, natural de Ciudad Real, se había casado hacía tres meses con María Nieves Bajo. Entró en el Instituto Armado en 1981, como agente de la Benemérita. Estuvo cinco años en los Grupos Antiterroristas Rurales (GAR) en el País Vasco y en Logroño, y llevaba un año destinado en Barcelona.
El 27 de marzo de 1987, una furgoneta-bomba colocada por ETA fue detonada a distancia a las 13:20 horas en el puerto de Barcelona. El objetivo era una caseta del servicio de vigilancia de la Guardia Civil. La terrorista Josefa Mercedes Ernaga había estacionado el vehículo en ese lugar un día antes del atentado.
Como resultado de la explosión, fueron alcanzados cinco miembros de la Guardia Civil que se encontraban en el interior de la garita. El agente Antonio González Herrera murió en el hospital del Mar a consecuencia de un traumatismo craneal y otras 15 personas, entre ellas un niño, resultaron heridas. Además de Antonio fueron heridos cuatro agentes: Juan José Álvarez Pardo, José Estrada Rayero, Francisco Javier Laparra Pérez y Luis Lobato Ledesma.
En 1991 fueron condenados los etarras Domingo Troitiño Arranz y Josefa Mercedes Ernaga Esnoz, como autores del atentado, a penas de 30 años de reclusión mayor y a 20 años de reclusión menor por cada uno de los cinco delitos frustrados. En 2001 fue sentenciado Rafael Caride Simón a las mismas penas. Además, tuvieron que indemnizar económicamente a los herederos de Antonio y a los heridos por el atentado.
Juan Fructuoso Gómez, de 29 años, era técnico de ingeniería industrial. El 2 de abril sobre las 22:00 horas, Juan fue a visitar a su hermano Jesús. Antes se detuvo para hablar con su esposa desde una cabina telefónica en el cruce de la avenida Vizcaya y Josep Estivill de Barcelona. En ese momento un coche-bomba aparcado por ETA explotó al paso de una patrulla de la Guardia Civil.
Fructuoso murió en el acto y los agentes José Manuel Fernández Cubillo y Juan García Estévez, que viajaban en el coche oficial, fueron gravemente heridos. También resultaron heridos algunos transeúntes que se encontraban en la zona. Tres edificios y más de una decena de coches quedaron destrozados por la onda expansiva.
Cinco días después, ETA envió un comunicado a los medios vascos en el que lamentaba la muerte de Fructuoso.
Los etarras Domingo Troitiño Arranz y Josefina Mercedes Ernaga Esnoz fueron condenados a una pena de 168 años de cárcel y Rafael Caride Simón a 95 años de reclusión. Además, debían indemnizar económicamente a los herederos de Fructuoso y a los heridos por el atentado.
Milagros Amez Franco, de 43 años, natural de Laguna Dalga (León), fue una de las víctimas mortales del atentado de Hipercor de Barcelona. Estaba casada con Rafael Güell y tenía dos hijos de 17 y 12 años. Trabajaba en una tienda de plantas medicinales propiedad de su marido.
El 19 de junio de 1987, los terroristas Domingo Troitiño, Josefa Mercedes Ernaga Esnoz y Rafael Caride Simón pusieron un coche-bomba en el centro comercial Hipercor de Barcelona, en la avenida Meridiana. Según recoge la sentencia 49/1989 de la sección 1ª de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional, habían recibido órdenes para realizar diversos ataques contra empresas de capital francés o mixto hispano-francés. Los etarras creyeron que Hipercor era una firma francesa y llegaron a la conclusión de que atentar allí sería fácil, porque sólo tendrían que abandonar un vehículo cargado de explosivos en un edificio civil que carecía de protección o control de seguridad. Su intención era causar los mayores daños posibles y estimaron que era mejor que la explosión se llevase a cabo durante el día, en pleno horario comercial.
Sobre las 15:00 horas, el etarra Troitiño llamó a la Guardia Urbana de Barcelona, al Hipercor y al diario Avui, identificándose e informando de la localización y la hora en la que explotaría la bomba. Los cuerpos de seguridad no encontraron el artefacto, por lo que no se dieron órdenes de desalojar el edificio, creyendo que se trataba de una falsa alarma.
La bomba estalló a las 16:08 horas en el segundo sótano del Hipercor. Estaba compuesta por 27 kilos de amonal y 200 litros de líquidos incendiarios, pegamento y escamas de jabón. Murieron 21 personas y resultaron heridas otras 46. La explosión fue devastadora, tal y como recoge la sentencia 49/1989 de la sección 1ª de la Audiencia Nacional: “una bola de fuego abrasó a las personas que encontró a su paso, a la vez que produjo una ingente cantidad de gases tóxicos que ocasionó la asfixia de las personas que se encontraban en su radio de acción. Varias personas resultaron atrozmente quemadas y mutiladas, sin posibilidad alguna de escapar ante la oscuridad producida por el humo negro y los materiales incendiarios adheridos a su cuerpo, puesto que la composición del explosivo hizo que los productos incendiarios se adhirieran a los cuerpos, sin posibilidad alguna de desprenderse de ellos ni apagarlos, ya que su autocombustión se ocasionó sin necesidad de utilizar el oxígeno ambiente”.
Troitiño y Ernaga fueron condenados a 30 años de reclusión mayor por cada uno de los asesinatos. Dichas penas sumaban más de 1.600 años para cada uno de los dos etarras. También fueron condenados los etarras Santiago Arróspide y Caride a 790 años de cárcel cada uno. Asimismo se condenó a los terroristas a hacer frente tanto a las indemnizaciones reconocidas para los herederos legales de los asesinados y heridos como a las de los estragos materiales ocasionados. La cifra total superaba los 1.000 millones de pesetas.
En julio de 1997, la sala de lo Contencioso Administrativo del Tribunal Supremo (TS) estableció “la responsabilidad de la Administración del Estado en el resultado final por la pasividad o conducta omisiva de las Fuerzas de Seguridad y Policía en estos hechos”. Así, el TS condenó finalmente al Estado como responsable civil subsidiario por no desalojar el edificio y a pagar el 50% de las indemnizaciones.
Véase también Sonia Cabrerizo Mármol, Susana Cabrerizo Mármol, Felipe Caparrós Ubierna, María Teresa Daza Cecilia, María Paz Diéguez Fernández, María Emilia Eyre Diéguez, Mercedes Manzanares Servitjá, María del Carmen Mármol Cubillo, Matilde Martínez Domínguez, Rafael Morales Ocaña, Mercedes Moreno Moreno, Consuelo Ortega Pérez, Luisa Ramírez Calanda, Luis Enrique Saltó Viñuales, Bárbara Serret Cervantes, José Valero Sánchez, María Rosa Valldellou Mestre, Xavier Valls Bauzá, Jordi Vicente Manzanares y Silvia Vicente Manzanares.
El 19 de junio, Sonia Cabrerizo Mármol, de 16 años, fue a comprar al Hipercor de Barcelona con su madre, María del Carmen Mármol Cubillo, y su hermana, Susana Cabrerizo Mármol, antes de irse a pasar el fin de semana al campo. Tras las compras bajaron al aparcamiento y se metieron en el coche para abandonar el recinto, cuando la onda expansiva de un coche-bomba colocado por ETA les alcanzó de lleno. Su madre y su hermana murieron en el acto y ella poco después, mientras era trasladada en ambulancia al centro médico.
En el atentado murieron 21 personas y otras 46 resultaron heridas.
Relato completo del atentado en Milagros Amez Franco.
Véase también Susana Cabrerizo Mármol, Felipe Caparrós Ubierna, María Teresa Daza Cecilia, María Paz Diéguez Fernández, María Emilia Eyre Diéguez, Mercedes Manzanares Servitjá, María del Carmen Mármol Cubillo, Matilde Martínez Domínguez, Rafael Morales Ocaña, Mercedes Moreno Moreno, Consuelo Ortega Pérez, Luisa Ramírez Calanda, Luis Enrique Saltó Viñuales, Bárbara Serret Cervantes, José Valero Sánchez, María Rosa Valldellou Mestre, Xavier Valls Bauzá, Jordi Vicente Manzanares y Silvia Vicente Manzanares.
El 19 de junio de 1987, Susana Cabrerizo Mármol, de 13 años, había ido a comprar con su madre, María del Carmen Mármol Cubillo, y su hermana mayor, Sonia Cabrerizo Mármol. Estaba en el aparcamiento del Hipercor de Barcelona donde varios terroristas de ETA colocaron un coche-bomba con veintisiete kilos de amonal y doscientos litros de líquidos incendiarios, pegamento y escamas de jabón.
En el atentado murieron 21 personas y otras 46 fueron heridas.
Véase el relato completo del atentado en Milagros Amez Franco.
Véase también Sonia Cabrerizo Mármol, Felipe Caparrós Ubierna, María Teresa Daza Cecilia, María Paz Diéguez Fernández, María Emilia Eyre Diéguez, Mercedes Manzanares Servitjá, María del Carmen Mármol Cubillo, Matilde Martínez Domínguez, Rafael Morales Ocaña, Mercedes Moreno Moreno, Consuelo Ortega Pérez, Luisa Ramírez Calanda, Luis Enrique Saltó Viñuales, Bárbara Serret Cervantes, José Valero Sánchez, María Rosa Valldellou Mestre, Xavier Valls Bauzá, Jordi Vicente Manzanares y Silvia Vicente Manzanares.
Felipe Caparrós Ubierna, de 44 años, estaba casado con Ángeles Alemán Sánchez y trabajaba en C.A.P. Internacional, S. A., de Seguros. Falleció dos días después de que la organización terrorista ETA hiciera estallar un coche-bomba en el aparcamiento del centro comercial Hipercor de Barcelona el 19 de junio de 1987.
En el atentado murieron 21 personas y otras 46 resultaron heridas.
Relato completo del atentado en Milagros Amez Franco.
Véase también Sonia Cabrerizo Mármol, Susana Cabrerizo Mármol, María Teresa Daza Cecilia, María Paz Diéguez Fernández, María Emilia Eyre Diéguez, Mercedes Manzanares Servitjá, María del Carmen Mármol Cubillo, Matilde Martínez Domínguez, Rafael Morales Ocaña, Mercedes Moreno Moreno, Consuelo Ortega Pérez, Luisa Ramírez Calanda, Luis Enrique Saltó Viñuales, Bárbara Serret Cervantes, José Valero Sánchez, María Rosa Valldellou Mestre, Xavier Valls Bauzá, Jordi Vicente Manzanaresy Silvia Vicente Manzanares.
María Teresa Daza Cecilia estaba embarazada cuando murió junto a su marido, Rafael Morales Ocaña, en el atentado que perpetró la banda terrorista ETA tras detonar un coche-bomba en el aparcamiento del centro comercial Hipercor de Barcelona el 19 de junio de 1987. Tenían un hijo de 7 años, Jordi Morales Daza. Rafael trabajaba en la Diputación de Barcelona y vivía en Santa Coloma de Gramanet (Barcelona).
Tres días después del atentado, entre trescientas mil y quinientas mil personas asistieron a la manifestación que se celebró en Barcelona por el atentado realizado por ETA en Hipercor. El 25 de junio se celebró el funeral oficial por las víctimas en la catedral de Barcelona, al que asistieron unas ocho mil personas.
En el atentado murieron 21 personas y otras 46 fueron heridas.
Relato completo del atentado en Milagros Amez Franco.
Véase también Sonia Cabrerizo Mármol, Susana Cabrerizo Mármol, Felipe Caparrós Ubierna, María Paz Diéguez Fernández, María Emilia Eyre Diéguez, Mercedes Manzanares Servitjá, María del Carmen Mármol Cubillo, Matilde Martínez Domínguez, Rafael Morales Ocaña, Mercedes Moreno Moreno, Consuelo Ortega Pérez, Luisa Ramírez Calanda, Luis Enrique Saltó Viñuales, Bárbara Serret Cervantes, José Valero Sánchez, María Rosa Valldellou Mestre, Xavier Valls Bauzá, Jordi Vicente Manzanares y Silvia Vicente Manzanares.
María Paz Diéguez Fernández, de 57 años, natural de San Martiño-O Bolo (Orense), estaba casada con Albino Fernández Cueto y tenía dos hijos.
María Paz murió mes y medio después de la explosión de un coche-bomba que el comando de Barcelona de ETA colocó en el aparcamiento del Hipercor de Barcelona el 19 de junio de 1987. Falleció en el hospital Valle de Hebrón debido a una infección generalizada provocada por las quemaduras sufridas en el el 80% de su cuerpo.
En el atentado murieron 21 personas y otras 46 resultaron heridas.
Véase el relato completo del atentado en Milagros Amez Franco.
Véase también Sonia Cabrerizo Mármol, Susana Cabrerizo Mármol, Felipe Caparrós Ubierna, María Teresa Daza Cecilia, María Emilia Eyre Diéguez, Mercedes Manzanares Servitjá, María del Carmen Mármol Cubillo, Matilde Martínez Domínguez, Rafael Morales Ocaña, Mercedes Moreno Moreno, Consuelo Ortega Pérez, Luisa Ramírez Calanda, Luis Enrique Saltó Viñuales, Bárbara Serret Cervantes, José Valero Sánchez, María Rosa Valldellou Mestre, Xavier Valls Bauzá, Jordi Vicente Manzanares y Silvia Vicente Manzanares.
María Emilia Eyre, de 44 años, era natural de Chantada (Lugo) y vivía en Barcelona desde pequeña. El 19 de junio de 1987, estaba comprando en el centro comercial Hipercor de Barcelona con su familia, cuando explotó un coche-bomba colocado por ETA en el aparcamiento de los grandes almacenes.
Su marido, Rodrigo Galicia Álvarez, fue herido en el atentado pero se recuperó rápido. Uno de sus hijos les acompañaba, pero poco antes de que estallara la bomba salió de los grandes almacenes y decidió esperarles en un bar cercano.
En el atentado murieron 21 personas y otras 46 resultaron heridas.
Relato completo del atentado en Milagros Amez Franco.
Véase también Sonia Cabrerizo Mármol, Susana Cabrerizo Mármol, Felipe Caparrós Ubierna, María Teresa Daza Cecilia, María Paz Diéguez Fernández, Mercedes Manzanares Servitjá, María del Carmen Mármol Cubillo, Matilde Martínez Domínguez, Rafael Morales Ocaña, Mercedes Moreno Moreno, Consuelo Ortega Pérez, Luisa Ramírez Calanda, Luis Enrique Saltó Viñuales, Bárbara Serret Cervantes, José Valero Sánchez, María Rosa Valldellou Mestre, Xavier Valls Bauzá, Jordi Vicente Manzanares y Silvia Vicente Manzanares.
El 19 de junio de 1987, Mercedes Manzanares Servitjá, de 30 años y soltera, iba acompañada de sus sobrinos Silvia Vicente Manzanares. y Jordi Vicente Manzanares, de 13 y 9 años. Los tres estaban en el aparcamiento subterráneo del centro comercial Hipercor de Barcelona e iban a volver a casa después de hacer las compras, cuando la banda terrorista ETA detonó un coche-bomba dentro del aparcamiento.
Los dos niños estaban en los asientos traseros y Mercedes en el delantero. Mercedes murió en el acto y sus sobrinos murieron intoxicados por el humo.
En el atentado murieron 21 personas y otras 46 fueron heridas.
Relato completo del atentado en Milagros Amez Franco.
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María del Carmen Mármol Cubillo, de 36 años, estaba junto a sus dos hijas, Sonia y Susana Cabrerizo Mármol, en el aparcamiento del Hipercor de Barcelona. Después de realizar unas compras iban a regresar a casa, cuando ETA detonó, a veinte metros de su vehículo, un coche-bomba en el aparcamiento subterráneo que acabó con sus vidas el 19 de junio de 1987. Murieron por asfixia. En el atentado fallecieron 21 personas y otras 46 resultaron heridas.
Era propietaria junto a su marido, álvaro Cabrerizo, de diversos negocios, entre ellos varios videoclubes y un restaurante. Tras el atentado, su marido tuvo que abandonar Barcelona porque comenzó a recibir llamadas en las que le amenazaban con que le sucedería lo mismo que a su familia.
Véase el relato completo del atentado en Milagros Amez Franco.
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Matilde, de 35 años, era natural de O Nocedo, en el municipio de Quiroga (Lugo) y estaba soltera. Estudiaba en una academia de Barcelona para conseguir el título de ingeniero-delineante. Fue una de las promotoras del fútbol femenino en Cataluña, donde había comenzado su carrera deportiva en el equipo femenino de la Gramanet en 1971 y jugaba en el medio campo con el F. F. Cataluña, del que era capitana.
El 19 de junio de 1987, Matilde fue al Hipercor de la avenida barcelonesa de la Meridiana a comprar ropa, cuando explotó un coche-bomba colocado por ETA en el aparcamiento subterráneo del centro comercial. En el atentado murieron 21 personas y otras 46 resultaron heridas.
Véase el relato completo del atentado en Milagros Amez Franco.
Véase también Sonia Cabrerizo Mármol, Susana Cabrerizo Mármol, Felipe Caparrós Ubierna, María Teresa Daza Cecilia, María Paz Diéguez Fernández, María Emilia Eyre Diéguez, Mercedes Manzanares Servitjá, María del Carmen Mármol Cubillo, Rafael Morales Ocaña, Mercedes Moreno Moreno, Consuelo Ortega Pérez, Luisa Ramírez Calanda, Luis Enrique Saltó Viñuales, Bárbara Serret Cervantes, José Valero Sánchez, María Rosa Valldellou Mestre, Xavier Valls Bauzá, Jordi Vicente Manzanares y Silvia Vicente Manzanares.
Rafael Morales Ocaña, de 33 años, estaba con su esposa, María Teresa Daza Cecilia, en el Hipercor de la avenida barcelonesa de la Meridiana, cuando fue asesinado por la organización terrorista ETA tras la explosión de un coche bomba, colocado en el aparcamiento subterráneo de los grandes almacenes el 19 de junio de 1987. Tenían un hijo de 7 años y vivían en la localidad barcelonesa de Santa Coloma de Gramanet.
El periódico El País publicó que Rafael Morales había sido juzgado en consejo de guerra por los enfrentamientos del vecindario colomense con la Guardia Civil en 1972, para exigir la construcción de un ambulatorio para la ciudad. Por ese motivo y por su activismo en movimientos sociales, Rafael era muy popular en Barcelona.
Véase el relato completo del atentado en Milagros Amez Franco.
Véase también Sonia Cabrerizo Mármol, Susana Cabrerizo Mármol, Felipe Caparrós Ubierna, María Teresa Daza Cecilia, María Paz Diéguez Fernández, María Emilia Eyre Diéguez, Mercedes Manzanares Servitjá, María del Carmen Mármol Cubillo, Matilde Martínez Domínguez, Mercedes Moreno Moreno, Consuelo Ortega Pérez, Luisa Ramírez Calanda, Luis Enrique Saltó Viñuales, Bárbara Serret Cervantes, José Valero Sánchez, María Rosa Valldellou Mestre, Xavier Valls Bauzá, Jordi Vicente Manzanares y Silvia Vicente Manzanares..
Mercedes Moreno Moreno, catalana de 36 años, vivía en el barrio de Sant Andreu (Barcelona) y solía hacer la compra en el Hipercor.
Falleció a causa de una insuficiencia respiratoria en la residencia sanitaria Valle de Hebrón cuatro días después de que ETA hiciera explosionar un coche-bomba en el aparcamiento subterráneo del centro comercial Hipercor de Barcelona el 19 de junio de 1987. Mercedes había sufrido quemaduras en el 80% de su cuerpo. Estaba casada con José Meliá Pérez, con el que tenía un hijo de 10 años.
En el atentado murieron 21 personas y otras 46 resultaron heridas.
Véase el relato completo del atentado en Milagros Amez Franco.
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El 19 de junio de 1987, Consuelo Ortega Pérez, de 67 años, fue trasladada a la residencia sanitaria Valle de Hebrón, donde murió dos días después de ser gravemente herida por la explosión de un coche-bomba que ETA colocó en el aparcamiento subterráneo del centro comercial Hipercor de Barcelona, donde estaba con su hermana, que fue gravemente herida. El 80% de su cuerpo había sufrido quemaduras y falleció el 21 de junio.
En el atentado murieron 21 personas y otras 46 resultaron heridas.
Véase el relato completo del atentado en Milagros Amez Franco.
Véase también Sonia Cabrerizo Mármol, Susana Cabrerizo Mármol, Felipe Caparrós Ubierna, María Teresa Daza Cecilia, María Paz Diéguez Fernández, María Emilia Eyre Diéguez, Mercedes Manzanares Servitjá, María del Carmen Mármol Cubillo, Matilde Martínez Domínguez, Rafael Morales Ocaña, Mercedes Moreno Moreno, Luisa Ramírez Calanda, Luis Enrique Saltó Viñuales, Bárbara Serret Cervantes, José Valero Sánchez, María Rosa Valldellou Mestre, Xavier Valls Bauzá, Jordi Vicente Manzanares y Silvia Vicente Manzanares.
Luisa Ramírez Calanda, de 41 años, estaba casada con Ricardo Labad Muñoz y tenía dos hijos cuando la banda criminal ETA la asesinó en el centro comercial Hipercor de Barcelona, en la avenida Meridiana, tras detonar un coche-bomba en el aparcamiento subterráneo de los grandes almacenes el 19 de junio de 1987.
En el atentado murieron 21 personas y otras 46 resultaron heridas.
Véase el relato completo del atentado en Milagros Amez Franco.
Véase también Sonia Cabrerizo Mármol, Susana Cabrerizo Mármol, Felipe Caparrós Ubierna, María Teresa Daza Cecilia, María Paz Diéguez Fernández, María Emilia Eyre Diéguez, Mercedes Manzanares Servitjá, María del Carmen Mármol Cubillo, Matilde Martínez Domínguez, Rafael Morales Ocaña, Mercedes Moreno Moreno, Consuelo Ortega Pérez, Luis Enrique Saltó Viñuales, Bárbara Serret Cervantes, José Valero Sánchez, María Rosa Valldellou Mestre, Xavier Valls Bauzá, Jordi Vicente Manzanares y Silvia Vicente Manzanares..
Luis Enrique Saltó Viñueles, de 22 años, trabajaba como rotulista decorador en los grandes almacenes Hipercor de Barcelona, en los que la organización terrorista ETA hizo estallar un coche-bomba, en el aparcamiento subterráneo el 19 de junio de 1987.
En el atentado murieron 21 personas y otras 46 resultaron heridas.
Véase el relato completo del atentado en Milagros Amez Franco.
Véase también Sonia Cabrerizo Mármol, Susana Cabrerizo Mármol, Felipe Caparrós Ubierna, María Teresa Daza Cecilia, María Paz Diéguez Fernández, María Emilia Eyre Diéguez, Mercedes Manzanares Servitjá, María del Carmen Mármol Cubillo, Matilde Martínez Domínguez, Rafael Morales Ocaña, Mercedes Moreno Moreno, Consuelo Ortega Pérez, Luisa Ramírez Calanda, Bárbara Serret Cervantes, José Valero Sánchez, María Rosa Valldellou Mestre, Xavier Valls Bauzá, Jordi Vicente Manzanares y Silvia Vicente Manzanares..
Bárbara Serret Cervantes, de 32 años y casada con José Asensio Renedo, falleció el día 16 de julio en la unidad de quemados del hospital Valle de Hebrón a consecuencia de las graves quemaduras provocadas por el atentado terrorista de ETA en el Hipercor de Barcelona el 19 de junio de 1987.
En el atentado murieron 21 personas y otras 46 resultaron heridas.
Véase el relato completo del atentado en Milagros Amez Franco.
Véase también Sonia Cabrerizo Mármol, Susana Cabrerizo Mármol, Felipe Caparrós Ubierna, María Teresa Daza Cecilia, María Paz Diéguez Fernández, María Emilia Eyre Diéguez, Mercedes Manzanares Servitjá, María del Carmen Mármol Cubillo, Matilde Martínez Domínguez, Rafael Morales Ocaña, Mercedes Moreno Moreno, Consuelo Ortega Pérez, Luisa Ramírez Calanda, Luis Enrique Saltó Viñuales, José Valero Sánchez, María Rosa Valldellou Mestre, Xavier Valls Bauzá, Jordi Vicente Manzanares y Silvia Vicente Manzanares..
José Valero Sánchez, casado con María de los Desamparados Piñazo Gómez, murió en el acto el 19 de junio de 1987 en el atentado perpetrado por ETA que provocó la explosión de un coche-bomba en el aparcamiento subterráneo del Hipercor de Barcelona.
En el atentado murieron 21 personas y otras 46 resultaron heridas.
Véase el relato completo del atentado en Milagros Amez Franco.
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María Rosa Valldellou Mestre, de 57 años, natural de Barcelona, estaba casada y tenía cuatro hijos. Murió el 8 de julio, casi un mes después del atentado de Hipercor, debido a una insuficiencia respiratoria aguda y un shock refractario provocado por las quemaduras sufridas en el 80 % del cuerpo.
El 19 de junio de 1987, ETA hizo explosionar un coche-bomba en el aparcamiento subterráneo del Hipercor de la avenida barcelonesa de Meridiana. La banda terrorista ETA hizo varios comunicados después del atentado en los que asumía su grave error en el desarrollo de la operación y el gran número de víctimas civiles afectadas.
En el atentado murieron 21 personas y otras 46 resultaron heridas.
Véase el relato completo del atentado en Milagros Amez Franco.
Véase también Sonia Cabrerizo Mármol, Susana Cabrerizo Mármol, Felipe Caparrós Ubierna, María Teresa Daza Cecilia, María Paz Diéguez Fernández, María Emilia Eyre Diéguez, Mercedes Manzanares Servitjá, María del Carmen Mármol Cubillo, Matilde Martínez Domínguez, Rafael Morales Ocaña, Mercedes Moreno Moreno, Consuelo Ortega Pérez, Luisa Ramírez Calanda, Luis Enrique Saltó Viñuales, Bárbara Serret Cervantes, José Valero Sánchez, Xavier Valls Bauzá, Jordi Vicente Manzanares y Silvia Vicente Manzanares.
Xavier Valls Bauzá, de 40 años y casado, murió el 19 de junio de 1987 tras la explosión de un coche-bomba colocado por ETA en el aparcamiento del centro comercial Hipercor de Barcelona.
Valls fue el arquitecto del Plan Popular de Alternativa Urbana de la localidad barcelonesa de Santa Coloma de Gramanet, donde fue enterrado dos días después de su muerte.
En el atentado murieron 21 personas y otras 46 resultaron heridas.
Véase el relato completo del atentado en Milagros Amez Franco.
Véase también Sonia Cabrerizo Mármol, Susana Cabrerizo Mármol, Felipe Caparrós Ubierna, María Teresa Daza Cecilia, María Paz Diéguez Fernández, María Emilia Eyre Diéguez, Mercedes Manzanares Servitjá, María del Carmen Mármol Cubillo, Matilde Martínez Domínguez, Rafael Morales Ocaña, Mercedes Moreno Moreno, Consuelo Ortega Pérez, Luisa Ramírez Calanda, Luis Enrique Saltó Viñuales, Bárbara Serret Cervantes, José Valero Sánchez, María Rosa Valldellou Mestre, Jordi Vicente Manzanares y Silvia Vicente Manzanares..
Jordi Vicente Manzanares, de 9 años, acompañó a su tía Mercedes Manzanares Servitjá y a su hermana Silvia Vicente Manzanares. al Hipercor de la avenida barcelonesa de Meridiana. Cuando iban a salir del aparcamiento subterráneo, la onda expansiva del coche-bomba colocado por ETA les mató. El atentado sucedió el 19 de junio de 1987. Jordi y Silvia fueron dos de los cuatro menores que el Comando Barcelona asesinó aquel día. En el atentado murieron 21 personas y otras 46 resultaron heridas.
Los padres de Jordi y Silvia, Enrique Vicente y Nuria Manzanares, sufren secuelas psicológicas desde el fallecimiento de sus hijos.
Véase el relato completo del atentado en Milagros Amez Franco.
Véase también Sonia Cabrerizo Mármol, Susana Cabrerizo Mármol, Felipe Caparrós Ubierna, María Teresa Daza Cecilia, María Paz Diéguez Fernández, María Emilia Eyre Diéguez, Mercedes Manzanares Servitjá, María del Carmen Mármol Cubillo, Matilde Martínez Domínguez, Rafael Morales Ocaña, Mercedes Moreno Moreno, Consuelo Ortega Pérez, Luisa Ramírez Calanda, Luis Enrique Saltó Viñuales, Bárbara Serret Cervantes, José Valero Sánchez, María Rosa Valldellou Mestre, Xavier Valls Bauzá y Silvia Vicente Manzanares.
La barcelonesa Silvia Vicente Manzanares, de 13 años, se iba de viaje de fin de curso y quería comprarse un bañador, así que su tía Mercedes Manzanares Servitjá y su hermano Jordi Vicente Manzanares la acompañaron al Hipercor de Barcelona, el 19 de junio de 1987. Cuando salían del aparcamiento subterráneo del centro comercial, la onda expansiva de una bomba de ETA les mató. En el atentado murieron 21 personas y otras 46 resultaron heridas.
La madre de Silvia, Nuria Manzanares, estaba embarazada de su tercer hijo, Enric, que nació meses después del atentado.
Véase el relato completo del atentado en Milagros Amez Franco.
Véase también Sonia Cabrerizo Mármol, Susana Cabrerizo Mármol, Felipe Caparrós Ubierna, María Teresa Daza Cecilia, María Paz Diéguez Fernández, María Emilia Eyre Diéguez, Mercedes Manzanares Servitjá, María del Carmen Mármol Cubillo, Matilde Martínez Domínguez, Rafael Morales Ocaña, Mercedes Moreno Moreno, Consuelo Ortega Pérez, Luisa Ramírez Calanda, Luis Enrique Saltó Viñuales, Bárbara Serret Cervantes, José Valero Sánchez, María Rosa Valldellou Mestre, Xavier Valls Bauzá y Jordi Vicente Manzanares.
El policía nacional Ramón Díaz García, cacereño de Casillas de Coria y de 42 años, estaba casado y tenía cuatro hijos. Fue asesinado el 8 de diciembre de 1990, cuando el convoy de dos furgones en el que viajaba para cubrir el partido de fútbol del Club Deportivo Sabadell y Málaga Club de Fútbol en la Nova Creu Alta, fue alcanzado por la explosión de un coche-bomba. El vehículo fue detonado a distancia por miembros del comando Barcelona. La explosión alcanzó de lleno al segundo furgón matando, además de a Díaz, a los agentes Juan José Escudero Ruiz, Juan Gómez Salar, Eduardo Hidalgo Carzo, Miguel Marcos Martínez y Francisco Pérez Pérez. Otros dos policías y nueve viandantes fueron heridos de gravedad.
Tres días después del atentado, Sabadell quedó totalmente paralizada durante cinco minutos en protesta contra el atentado para honrar a los fallecidos.
Los terroristas Juan Carlos Monteagudo Povo y Juan Félix Erezuma Uriarte, supuestos reponsables del atentado, murieron el 30 de mayo de 1991 en Lliçá de Munt (Barcelona), en un enfrentamiento armado con agentes de la Guardia Civil.
Véase también agentes Juan José Escudero Ruiz, Juan Gómez Salar, Eduardo Hidalgo Carzo,Miguel Marcos Martínez y Francisco Pérez Pérez.
Juan José Escudero Ruiz, granadino de 52 años, casado y con cuatro hijos, fue asesinado el 8 de diciembre de 1990. Conducía un furgón que se dirigía a cubrir el partido de fútbol del Club Deportivo Sabadell y Málaga Club de Fútbol en la Nova Creu Alta y fue alcanzado por la explosión de un coche-bomba detonado a distancia por miembros del comando Barcelona. Escudero murió junto a otros cinco compañeros del Cuerpo Nacional de Policía en el atentado: Ramón Díaz García,Juan Gómez Salar, Eduardo Hidalgo Carzo, Miguel Marcos Martínez y Francisco Pérez Pérez. Además, fueron heridos gravemente dos agentes y nueve viandantes.
Al día siguiente, se celebró la misa funeral en honor de los seis policías asesinados en la iglesia Sant Félix de Sabadell, a la que asistieron más de tres mil personas.
Relato completo del atentado en Ramón Díaz García.
Véase también Juan Gómez Salar, Eduardo Hidalgo Carzo,Miguel Marcos Martínez y Francisco Pérez Pérez.
El agente Juan Gómez Salar, barcelonés de 36 años, casado y con un hijo, fue asesinado el 8 de diciembre de 1990. El convoy de dos furgones, en el que viajaba para cubrir el partido de fútbol del Club Deportivo Sabadell y Málaga Club de Fútbol en la Nova Creu Alta, fue alcanzado por la explosión de un coche-bomba detonado a distancia por miembros del comando Barcelona. La explosión alcanzó de lleno al segundo furgón matando también a los agentes Ramón Díaz García, Juan José Escudero Ruiz, Eduardo Hidalgo Carzo, Miguel Marcos Martínez y Francisco Pérez Pérez.Otros dos policías y nueve viandantes fueron heridos de gravedad.
En 2005, se colocó una placa en la plaza de Ernest Lluch para recordar a las víctimas de aquel crimen.
Relato completo del atentado en Ramón Díaz García.
Véase también Juan José Escudero Ruiz, Eduardo Hidalgo Carzo,Miguel Marcos Martínez y Francisco Pérez Pérez.
Eduardo Hidalgo Carzo, policía nacional pacense de 43 años, casado y con dos hijos, fue asesinado el 8 de diciembre de 1990. El convoy de dos furgones, en el que viajaba para cubrir el partido de fútbol del Club Deportivo Sabadell y Málaga Club de Fútbol en la Nova Creu Alta, fue alcanzado por la explosión de un coche-bomba detonado a distancia por miembros del comando Barcelona. La explosión alcanzó de lleno al segundo furgón matando además a los agentes agentes Ramón Díaz García, Juan José Escudero Ruiz, Juan Gómez Salar, Miguel Marcos Martínez y Francisco Pérez Pérez. Otros dos policías y nueve viandantes fueron heridos de gravedad.
Véase el relato completo del atentado en Ramón Díaz García.
Véase también agentes Juan José Escudero Ruiz, Juan Gómez Salar, Miguel Marcos Martínez y Francisco Pérez Pérez.
El policía nacional Miguel Marcos Martínez, cacereño de 53 años, estaba casado y con dos hijos. Fue asesinado el 8 de diciembre de 1990, cuando el convoy de dos furgones en el que viajaba para cubrir el partido de fútbol del Club Deportivo Sabadell y Málaga Club de Fútbol en la Nova Creu Alta, fue alcanzado por la explosión de un coche-bomba detonado a distancia por el comando Barcelona. La explosión alcanzó de lleno al segundo furgón matando también a los agentes Ramón Díaz García, Juan José Escudero Ruiz, Juan Gómez Salar, Eduardo Hidalgo Carzo y Francisco Pérez Pérez. Otros dos policías y nueve viandantes fueron heridos de gravedad.
Los restos de Marcos fueron enterrados en Cilleros en un sepelio al que asistieron más de dos mil personas entre autoridades políticas, policiales y militares, además de familiares, amigos y vecinos de su pueblo natal.
Relato completo del atentado en Ramón Díaz García.
Véase también Juan José Escudero Ruiz, Juan Gómez Salar, Eduardo Hidalgo Carzo y Francisco Pérez Pérez.
Francisco Pérez Pérez, leonés de Torre del Bierzo, de 29 años y casado, fue asesinado el 8 de diciembre de 1990. El convoy en el que viajaba para cubrir el partido de fútbol del Club Deportivo Sabadell y Málaga Club de Fútbol en la Nova Creu Alta fue alcanzado por la explosión de un coche-bomba detonado a distancia por el comando Barcelona. La explosión alcanzó de lleno al segundo furgón matando además a los agentes Ramón Díaz García, Juan José Escudero Ruiz, Juan Gómez Salar, Eduardo Hidalgo Carzo y Miguel Marcos Martínez.Otros dos policías y nueve viandantes fueron heridos de gravedad.
Relato completo del atentado en Ramón Díaz García.
Véase también Juan José Escudero Ruiz, Juan Gómez Salar, Eduardo Hidalgo Carzo y Miguel Marcos Martínez.
La tarde del 29 de mayo de 1991, ETA impactó un coche-bomba contra la casa-cuartel de la Guardia Civil de Vic (Barcelona) tras detonarlo a distancia. Del edificio, en el que vivían 14 agentes, 13 mujeres y 22 niños, sólo quedó en pie la fachada. Se tuvieron que utilizar grúas y perros adiestrados para rescatar a las víctimas de debajo de los escombros. Nueve personas fallecieron, cinco de ellas menores, y otras cuarenta y cuatro resultaron heridas. El agente Juan Chincoa, de 31 años, sevillano natural de Martín de la Jara, y su esposa Nuria Ribó Parera, de 26 años, murieron en el ataque. La hija de ambos, que aún no había cumplido los 2 años, resultó herida.
Por su parte, el guardia civil Ramón Mayo García murió atropellado por una ambulancia cuando auxiliaba a los afectados. Fue reconocido como víctima del terrorismo en 2005. Debido al volumen de afectados, el Hospital General de Vic se colapsó y algunos heridos tuvieron que ser evacuados en helicóptero a centros de Barcelona. Vic se volcó con las víctimas donando sangre masivamente y ofreciendo sus hogares a los damnificados.
Al día siguiente, la Guardia Civil desarticuló el comando Barcelona. Monteagudo, responsable de activar el explosivo, y Juan Félix Erezuma Uriarte murieron en el operativo; mientras que Juan José Zubieta Zubeldia, que no opuso resistencia, María Pilar Ferreiro Bravo y Jordi Mas Trullenque fueron detenidos. Zubieta fue condenado a 1.311 años y a indemnizar económicamente a los herederos de los nueve fallecidos y al resto de heridos, cuyo coste finalmente fue asumido por el Estado. Ferreiro y Mas Trullenque fueron condenados a 8 y 6 años de cárcel respectivamente.
Véase también Francisco Cipriano Díaz Sánchez, Maudilia Duque Durán, Ana Cristina Porras López, María Pilar Quesada Araque, Nuria Ribó Parera, Rosa María Rosa Muñoz, Vanessa Ruiz Lara y Juan Salas Píriz.
Franscisco Cipriano Díaz Sánchez, estudiante de 3° E.S.O de 17 años, murió en el atentado con coche-bomba del comando Barcelona contra la casa-cuartel de la Guardia Civil de Vic el 29 de mayo de 1991. En el ataque murieron nueve personas, cinco de ellas menores, y otras cuarenta y cuatro resultaron heridas, entre ellas la hermana de Díaz.
Relato completo del atentado en Juan Chincoa Alés.
Véase también Maudilia Duque Durán, Ana Cristina Porras López, María Pilar Quesada Araque, Nuria Ribó Parera, Rosa María Rosa Muñoz, Vanessa Ruiz Lara y Juan Salas Píriz.
Maudilia Duque Durán, pacense de Alburquerque de 78 años, murió en el atentado con coche-bomba perpetrado por el comando Barcelona contra la casa-cuartel de la Guardia Civil de Vic, el 29 de mayo de 1991. Murieron nueve personas, entre ellas su yerno, el agente Juan Salas Píriz, y su hija. Otras cuarenta y tres resultaron heridas.
Relato completo del atentado en Juan Chincoa Alés.
Véase también Francisco Cipriano Díaz Sánchez, Ana Cristina Porras López, María Pilar Quesada Araque, Nuria Ribó Parera, Rosa María Rosa Muñoz, Vanessa Ruiz Lara y Juan Salas Píriz.
La tarde del 29 de mayo de 1991, ETA impactó un coche-bomba contra la casa-cuartel de la Guardia Civil de Vic (Barcelona) tras detonarlo a distancia. Del edificio, en el que vivían 14 agentes, 13 mujeres y 22 niños, sólo quedó en pie la fachada. Se tuvieron que utilizar grúas y perros adiestrados para rescatar a las víctimas de debajo de los escombros. Nueve personas fallecieron, cinco de ellas menores, y otras cuarenta y cuatro resultaron heridas.
Por su parte, el guardia civil Ramón Mayo García murió atropellado por una ambulancia cuando auxiliaba a los afectados. Fue reconocido como víctima del terrorismo en 2005. Debido al volumen de afectados, el Hospital General de Vic se colapsó y algunos heridos tuvieron que ser evacuados en helicóptero a centros de Barcelona. Vic se volcó con las víctimas donando sangre masivamente y ofreciendo sus hogares a los damnificados.
Al día siguiente, la Guardia Civil desarticuló el comando Barcelona. Monteagudo, responsable de activar el explosivo, y Juan Félix Erezuma Uriarte murieron en el operativo; mientras que Juan José Zubieta Zubeldia, que no opuso resistencia, María Pilar Ferreiro Bravo y Jordi Mas Trullenque fueron detenidos. Zubieta fue condenado a 1.311 años y a indemnizar económicamente a los herederos de los nueve fallecidos y al resto de heridos, cuyo coste finalmente fue asumido por el Estado. Ferreiro y Mas Trullenque fueron condenados a 8 y 6 años de cárcel respectivamente.
El 29 de mayo de 1991, Ana Cristina Porras López, de 10 años, estaba jugando con unas amigas en el patio de la casa-cuartel de Vic cuando el comando Barcelona detonó un coche-bomba. Cristina y otras dos menores murieron en el acto, mientras que a su hermana de 7 años tuvieron que amputarle parte de la pierna izquierda. Ambas eran hijas del guardia civil Teodoro Porras. Murieron nueve personas, cinco de ellas menores, y otras cuarenta y cuatro resultaron heridas.
Relato completo del atentado en Juan Chincoa Alés.
Véase también Francisco Cipriano Díaz Sánchez, Maudilia Duque Durán, María Pilar Quesada Araque, Nuria Ribó Parera, Rosa María Rosa Muñoz, Vanessa Ruiz Lara y Juan Salas Píriz.
María Pilar Quesada Araque, de 8 años, estaba jugando con unas amigas en el patio de la casa-cuartel de Vic cuando el comando Barcelona detonó un coche-bomba que la mató en el acto, el 29 de mayo de 1991. En total hubo nueve muertos, cinco menores, y cuarenta y cuatro heridos.
Relato completo del atentado en Juan Chincoa Alés.
Véase también Francisco Cipriano Díaz Sánchez, Maudilia Duque Durán, Ana Cristina Porras López, Nuria Ribó Parera, Rosa María Rosa Muñoz, Vanessa Ruiz Lara y Juan Salas Píriz.
Nuria Ribó Parera, ama de casa de 26 años, murió junto a su marido, el guardia civil Juan Chincoa Alés, en el atentado con coche-bomba del comando Barcelona contra la casa-cuartel de la Guardia Civil de Vic. Murieron nueve personas, cinco de ellas menores, y otras cuarenta y cuatro resultaron heridas. Su hija, Ana, resultó herida y se quedó huérfana sin haber cumplido aún los 2 años.
Véase el relato completo del atentado en Juan Chincoa Alés
Véase tambiénFrancisco Cipriano Díaz Sánchez, Maudilia Duque Durán, Ana Cristina Porras López, María Pilar Quesada Araque, Rosa María Rosa Muñoz, Vanessa Ruiz Lara y Juan Salas Píriz.
Rosa María Rosa Muñoz, de 14 años, murió en el atentado con coche-bomba del comando Barcelona contra la casa-cuartel de la Guardia Civil de Vic, en el que murieron nueve personas, cinco de ellas menores, y otras cuarenta y cuatro resultaron heridas el 29 de mayo de 1991. En el momento de la explosión, Rosa María jugaba con un grupo de amigas. Falleció en el acto. Pedro y David, sus hermanos de 15 y 17 años, se salvaron porque estaban examinándose en la Escuela Industrial. Su padre, el cabo David Rosa, se enteró del atentado estando en Madrid; mientras que su madre escuchó la explosión de la bomba desde su trabajo en un taller de confección.
En 2006, el Ayuntamiento de Vic aprobó por unanimidad “destinar un espacio en el mismo lugar donde estaba el antiguo cuartel de la Guardia Civil para erigir un monumento, una placa o un símbolo en recuerdo de las diez personas que fallecieron en el atentado de ETA del 29 de mayo de 1991”.
Relato completo del atentado en Juan Chincoa Alés.
Véase también Francisco Cipriano Díaz Sánchez, Maudilia Duque Durán, Ana Cristina Porras López, María Pilar Quesada Araque, Nuria Ribó Parera, Vanessa Ruiz Lara y Juan Salas Píriz.
Vanessa Ruiz Lara, de 11 años, murió en el atentado con coche-bomba del comando Barcelona contra la casa-cuartel de la Guardia Civil de Vic en el que murieron nueve personas, cinco de ellas menores, y otras cuarenta y cuatro resultaron heridas, el 29 de mayo de 1991.
Relato completo del atentado en Juan Chincoa Alés.
Véase también Francisco Cipriano Díaz Sánchez, Maudilia Duque Durán, Ana Cristina Porras López, María Pilar Quesada Araque, Nuria Ribó Parera, Rosa María Rosa Muñoz y Juan Salas Píriz.
Juan Salas Píriz, guardia civil pacense de 48 años, casado y con dos hijos, murió en el atentado con coche-bomba del comando Barcelona contra la casa-cuartel de la Guardia Civil de Vic. Murieron nueve personas, cinco de ellas menores, y cuarenta y cuatro resultaron heridas. En el ataque también falleció su suegra, mientras que su esposa resultó herida.
Relato completo del atentado en Juan Chincoa Alés.
Véase también Francisco Cipriano Díaz Sánchez, Maudilia Duque Durán, Ana Cristina Porras López, María Pilar Quesada Araque, Nuria Ribó Parera, Rosa María Rosa Muñoz y Vanessa Ruiz Lara.
El policía nacional Francisco Javier Delgado, de 27 años, era natural de Fregenal de la Sierra en Badajoz. Estaba casado con una funcionaria valenciana de la Brigada de Policía Judicial. Barcelona fue su primer destino.
El 13 de diciembre, José Ángel Garrido Martínez y Francisco Javier, ambos policías nacionales, fueron a un comercio en la calle barcelonesa de Caballero, cuando dos etarras, José Luis Urrusolo Sistiaga y Juan Jesús Narváez Goñi, entraron en el local y les tirotearon por la espalda y a bocajarro. Francisco Javier murió en el acto, mientras que Garrido Martínez lo haría dos horas y media después en el hospital Clínico.
Sus cuerpos fueron trasladados desde Barcelona hasta el cementerio general de Valencia para ser enterrados.
Urrusolo fue condenado a 30 años de cárcel y a pagar una indemnización a los familiares de las víctimas.
Véase también José Ángel Garrido Martínez.
José Ángel Garrido Martínez, de 28 años, era natural de Valencia. Se casó 17 días antes de su asesinato. Estaba en prácticas en el Cuerpo Nacional de Policía desde hacía unos meses, tras superar las últimas pruebas en la Escuela de Policía de ávila. Fue enviado a Barcelona para reforzar la seguridad de los Juegos Olímpicos de 1992. Murió junto a su compañero, Javier Delgado González-Navarro, tiroteado por ETA.
El 13 de diciembre de 1991, a mediodía, José Ángel y Francisco Javier estaban en un comercio en la calle Caballero de Barcelona, cuando entraron en el establecimiento los etarras José Luis Urrusolo Sistiaga y Juan Jesús Narváez Goñi, que les tirotearon hasta matarles.
Véase el relato completo del atentado en Francisco Javier Delgado González-Navarro.
Arturo Anguera Vallés, de 50 años y natural de Tortosa (Tarragona), estaba casado y tenía tres hijas. Era comandante del Ejército del Aire y máximo responsable del sector militar aéreo del aeropuerto de Barcelona. Además, era primo del diputado del Partido Popular Juan Manuel Fabra.
El 8 de enero de 1992, el comandante Arturo Anguera Vallés se desplazaba en coche por Barcelona, junto al teniente Luis Javier Bellota Aznar y el soldado Jaime Amposta Masdeu, que conducía el turismo. Cuando circulaba por la calle Palaudarias, sobre las 14:45 horas, dos miembros de ETA que esperaban al vehículo militar saltaron a la calzada y dispararon 26 tiros contra el automóvil y sus ocupantes. Mataron al comandante Anguera e hirieron al soldado Amposta y al teniente Bellota Aznar.
El funeral por Arturo se celebró en la parroquia castrense de Ciutadella, en Barcelona. La tarde del 10 de enero se ofició otra misa funeral por el comandante a la que asistieron más de tres mil personas. Fue enterrado en su localidad natal, Tortosa, donde pusieron su nombre a una calle.
Fernando Díez Torres y José Luis Urrusolo Sistiaga fueron condenados a un total de 82 años y tres meses de cárcel por realizar el atentado contra Anguera y sus compañeros, además de a pagar la indemnización económica correspondiente.
El brigada Mas, de 31 años, natural de la localidad valenciana de Buñol, estaba casado y tenía tres hijos. Llevaba cinco años viviendo en Barcelona tras aprobar la oposición por la que ingresó en el Gobierno Militar de Barcelona.
El 16 de enero de 1992, los militares Virgilio Mas Navarro y Juan Antonio Querol Queralt salieron del cuartel de Bruc de Barcelona a las 13:30 horas en el coche de Mas. Se dirigían a la estación de Sants para que Juan Antonio Querol cogiera el tren a Puig, en Valencia, donde vivían su mujer y su hijo. A la altura del cruce de las calles Jordi Girona y Teniente Coronel Valenzuela, los etarras José Luis Urrusolo Sistiaga y Fernando Díez Torres les dispararon 34 tiros. Murieron en el acto.
En el momento del atentado las calles estaban llenas de gente, sobre todo de estudiantes. Los terroristas se dieron a la fuga en un coche robado.
Al día siguiente se celebraron los funerales por los dos suboficiales en la capilla militar del parque de Ciutadella en Barcelona, a los que asistieron unas 400 personas. Fue enterrado en el cementerio de su localidad natal, en Buñol.
Los etarras Fernando Díez y Urrusolo Sistiaga fueron condenados a 69 años de reclusión y a dos penas de 29 años de reclusión mayor. Además debían indemnizar a los herederos de las víctimas.
Véase también Juan Antonio Querol Queralt.
Juan Antonio Querol, de 37 años, era natural de San Rafael del Río en Castellón. Estaba casado y tenía un hijo. Era clarinetista en la banda del Gobierno Militar de Barcelona. Vivía entre Barcelona, donde trabajaba, y Puig (Valencia), donde vivía su familia.
El 16 de enero de 1992, el sargento primero Juan Antonio Querol Queralt y el brigada Virgilio Mas Navarro fueron tiroteados por dos etarras que les esperaban a la salida del cuartel de Bruc, en Barcelona.
Ese mismo día, un funcionario de la prisión de Jerez de la Frontera recibió un paquete-bomba remitido por ETA que pudo ser desactivado tras levantar sospechas en el personal de Correos.
Relato completo del atentado en Virgilio Mas Navarro.
El cabo primero de la Benemérita, Enrique Martínez Hernández, de 30 años, era natural de la localidad jienense de Linares. Estaba casado y tenía una hija de 2 años. Trabajaba en la unidad de Técnicos Especialistas en Desactivación de Artefactos Explosivos (Tedax).
El 18 de marzo de 1992, antes de las 22:00 horas, ETA informó de la colocación de un coche-bomba y comunicó que había encerrado al propietario del coche en el maletero de un Fiat Uno en la calle Jacint Verdaguer de Llissá de Munt. Varios artificieros de la Guardia Civil se dirigieron hacia la localización del Fiat. El agente Enrique Martínez Hernández se acercó a reconocerlo cuando explotó la bomba.
Pasada la medianoche, fallecía en el hospital de Granollers. La parroquia de Valldaura de Manresa fue insuficiente para acoger a todas las personas que quisieron asistir a su funeral. Fue enterrado en el cementerio de Collserola.
Los etarras Fernando Díez Torres y José Luis Urrusolo Sistiaga fueron condenados a prisión y a indemnizar a su viuda e hija.
Antonio José Martos, de 27 años, había nacido en la localidad jienense de Linares. Vivía con su pareja y tenía una hija. Era militante del Partit dels Comunistes de Catalunya y de Comisiones Obreras.
Los miembros del comando Ekaitz, Fernando Díez Torres y José Luis Urrusolo Sistiaga, colocaron un coche-bomba en uno de los túneles de la A-18, por Sant Quirze del Vallès. El 19 de marzo de 1992, sobre las 6:30 horas, ETA comunicó que una bomba explotaría entre las 8:45 y las 9:00 horas. Cuando las Fuerzas de Seguridad intentaban localizar el automóvil estacionado bajo el túnel de la citada vía, Antonio José Martos Martínez pasó circulando en dirección al trabajo. En ese momento, hacia las 7:55, la bomba explotó y murió en el acto.
Díez Torres fue condenado a una pena de 41 años de prisión y Urrusolo a 37 años y 4 meses de reclusión. Además debían indemnizar a su viuda e hija.
El 7 de febrero de 1994, a las 14:50 horas, el coronel del Ejército de Tierra Leopoldo García Campos volvía a casa a pie por la calle Tenor Massini del barrio barcelonés de Sants. Un coche paró en doble fila. Dos etarras se bajaron, abordaron a Leopoldo por la espalda y uno de ellos le disparó dos tiros que le mataron en el acto. Los dos terroristas volvieron al coche del que habían bajado y se dieron a la fuga.
El vehículo fue abandonado frente a una oficina de Telefónica de la avenida de Marqués de Sentmenat. Los terroristas habían alojado en su interior un artefacto explosivo con un dispositivo trampa de iniciación para atentar contra artificieros de la Policía. ETA informó al diario Egin sobre la localización del vehículo y los miembros de los Tedax fueron capaces de desactivar la bomba sin provocar daños personales.
El coronel Leopoldo, de 58 años, natural de Segovia, estaba casado y tenía cinco hijos. Era licenciado en Derecho. Estaba destinado desde 1990 en la Jefatura de Intervención número 4 de la Capitanía General de la Región Militar Pirenaico-Oriental en Barcelona. Anteriormente había estado en otros destinos como jurista del Ejército de Tierra en Cataluña. En su funeral se le concedió a título póstumo la Cruz al Mérito Militar.
Fueron condenados los etarras Felipe San Epifanio San Pedro y Rosario Ezquerra Pérez de Nanclares como autores del atentado a 39 años y 9 meses de reclusión, Felipe San Epifani a 41 años de prisión y Benjamín Ramos Vega a 11 años. Otros dos etarras estaban huidos en el momento del juicio: Gregorio Vicario Setién y Dolores López Resina. Además, debían indemnizar económicamente de forma conjunta y solidaria a los herederos de Leopoldo.
Cuatro miembros del comando Barcelona de ETA se propusieron destruir parte del edificio de la sede del Gobierno Militar de Barcelona y causar el mayor número de daños personales posible.
Los etarras robaron un coche el día anterior y colocaron cuatro tubos lanzagranadas sobre su baca y una bomba en el maletero. La mañana del atentado fueron al puerto de Barcelona y allí aparcaron el vehículo con los tubos orientados hacia el edificio oficial y activaron un temporizador.
El 18 de abril de 1994, sobre las 13:20 horas, dos granadas impactaron contra la fachada de la sede del Gobierno Militar y una tercera contra una señal de tráfico. La cuarta no se activó. La metralla mató a un transeúnte y otras 6 personas resultaron heridas.
Los terroristas pretendían causar más daños. El coche utilizado para el atentado estalló en el momento en el que agentes de los Tedax se disponían a inspeccionarlo. La explosión no causó más víctimas.
Vicente Beti, de 43 años, era natural de Barcelona, estaba casado y tenía dos hijos. Trabajaba en una empresa consignataria de buques en el puerto de Barcelona.
Tres días después del atentado, unos quinientos estudiantes del instituto de bachillerato Infanta Isabel de Aragón de Barcelona, donde estudiaban los dos hijos de Beti, se manifestaron contra la acción terrorista.
Fueron condenados los etarras Felipe San Epifanio San Pedro y Rosario Ezquerra Pérez de Nanclares, como autores del atentado, y Gregorio Vicario Setién por su participación en el atentado, a penas de 154 años de reclusión. Además, debían indemnizar económicamente a los herederos de Beti y a los heridos por el atentado.
Sobre las 7:40 horas de aquel 21 de septiembre de 2000, José Luis Ruiz Casado, de 42 años, salió de su casa, en la calle Bogatell de Sant Adriá de Besòs, cuando el etarra Fernando García Jodrá le pegó un tiro en la cara y le remató en el suelo.
José tenía mujer y dos hijos. Desde 1995 ejercía como concejal por el Partido Popular (PP) en Sant Adriá de Besòs. Además, era jefe de tráfico internacional terrestre en la Delegación en Barcelona para ABX Logistics.
La mañana del día siguiente del atentado, la parroquia de Sant Adriá Nord acogió una multitudinaria misa funeral. Mientras, por la tarde, miles de ciudadanos protestaron contra su asesinato bajo el lema: “Prou. Catalunya per la pau” (Basta ya. Cataluña por la paz).
Los terroristas José Ignacio Krutxaga Elezcano, Lierni Armendaritz y Fernando García Jodrá fueron condenados a penas de 34 años y 6 meses de prisión, cada uno. Además, debía pagar la correspondiente indemnización.
Ernest Lluch Martín llegó al garaje del edificio de su casa, en la avenida de Chile de Barcelona, tras dar clase de Economía en la Universidad Central de la ciudad. Cuando bajó del coche, el etarra José Ignacio Krutxaga le disparó dos veces. Murió en el acto. Era el 21 de noviembre de 2000.
Ernest, de 63 años, natural de Vilassar de Mar (Barcelona), tenía novia y tres hijas. Sus pasiones eran la universidad, la política, los medios de comunicación, la música y el fútbol. Consiguió el grado de doctor en Ciencias Económicas por la Universidad Central de Barcelona. En 1966 fue expulsado por apoyar al Sindicato Democrático de Estudiantes. En 1986 obtuvo la cátedra de Historia de las Doctrinas Económicas en la Universidad de Barcelona. También fue rector de la Universidad Menéndez Pelayo. Desde 1995 era docente en la capital catalana.
En los años sesenta participó en iniciativas que lucharon contra el régimen franquista. Siendo un joven estudiante se convirtió en el representante de los alumnos de la Facultad de Económicas. En las elecciones generales de junio de 1977 fue elegido diputado por Gerona como candidato de la coalición Socialistas de Cataluña. Felipe González contó con Ernest Lluch para ocupar la cartera ministerial de Sanidad y Consumo en su primer Ejecutivo (1982-1986).
Colaboraba en diarios, como La Vanguardia, El Diario Vasco y El Correo, y en la cadena SER. En 2002 se constituyó la Fundación Ernest Lluch.
Dos días después de su asesinato, alrededor de un millón de personas se manifestó por las calles de Barcelona.
Los etarras José Ignacio Krutxaga Elezcano, Lierni Armendaritz y Fernando García Jodrá fueron condenados por el asesinato a 33 años de prisión. Además, debían indemnizar a los herederos de Ernest.
El etarra Fernando García Jodrá, ayudado por Lierni Armendaritz, colocó una bomba bajo el asiento del conductor de la furgoneta de Francisco Cano Consuegra, de 45 años. Sobre las 10:50 horas, cuando el edil del Partido Popular iba por las calles de Tarrasa en su furgoneta, la bomba explotó, matándole en el acto. Condujo su coche durante tres horas antes de que estallara.
Francisco Cano Consuegra era de La Carolina (Jaén). Desde 2001, la calle de La Carolina donde nació y se crió, lleva su nombre. Estaba casado y tenía dos hijas. Era fontanero y regentaba un negocio relacionado con esa profesión en Tarrasa. Fue directivo de los clubes deportivos Egara y Maurina. Cuando murió estaba vinculado a la agrupación Amics del Terrassa.
A las 7:50 horas del 20 de diciembre de 2000, el agente de la Guardia Urbana de Barcelona Juan Miguel Gervilla Valladolid regulaba el tráfico en la confluencia de la calle Numancia con la avenida Diagonal. Aquel día ayudó a dos hombres, que resultaron ser dos etarras, empujando un vehículo que obstaculizaba el tráfico. El automóvil se bloqueó al no tener la llave puesta. Cuando Juan Miguel se percató de la situación, el terrorista Fernando García Jodrá intentó sacar una pistola. Forcejearon y cayeron al suelo. El otro etarra disparó a Juan Miguel. Pretendían matar al periodista Luis del Olmo. Era la sexta vez que el comando Barcelona lo intentaba.
Juan Miguel, de 39 años, nació en Nuremberg (Alemania). Vivía junto a su esposa y dos hijos en Esplugues de Llobregat (Barcelona), donde había residido gran parte de su vida. Era agente de la Guardia Urbana de Barcelona desde 1986 y durante ocho años se había encargado de regular el tráfico en Esplugues de Llobregat. Estaba adscrito al distrito barcelonés de Les Corts desde 1994. Se le impuso la Medalla de Honor al sufrimiento en la categoría de oro.
En Barcelona se convocó una manifestación para el día posterior a su asesinato con el lema: “Catalunya per la llibertat. ETA no”. Acudieron unas 150.000 personas. En homenaje y memoria de la víctima de ETA, el Ayuntamiento de Fuenlabrada instauró una Carrera Policial que adoptó el nombre de Juan Miguel Gervilla y que se celebra anualmente con motivo del Día de la Policía Local.
Los terroristas Krutxaga Elezcano y García Jodrá fueron condenados a sendas penas de 54 años de prisión. Además, debían indemnizar conjuntamente a los herederos de Juan Miguel.