Francisco Cebrián Cabezas, ex guardia civil y conductor de grúa municipal de 40 años, era natural de Cedrillas (Teruel). Casado y con cuatro hijos, murió por la explosión de una bomba alojada en un coche que manipulaba con su grúa en el depósito municipal de vehículos de Muchamiel, el 16 de septiembre de 1991. Sus restos mortales fueron enterrados en el cementerio de dicha localidad, donde vivía con su familia. En el atentado también fallecieron José Luis Jiménez Vargas y Víctor Manuel Puertas Viera, policías municipales.
Relato completo del atentado en José Luis Jiménez Vargas.
Véase también Víctor Manuel Puertas Viera.
La noche del 16 de septiembre de 1991, ETA atentó con un coche-bomba contra la casa-cuartel de la Guardia Civil en la alicantina localidad de Muchamiel. El vehículo, lanzado a la carrera sin conductor contra las dependencias policiales, se estampó finalmente contra la fachada de una oficina bancaria situada en la acera opuesta de la calle. Los terroristas optaron entonces por no activar el explosivo. A la mañana siguiente, cuando el director de la oficina bancaria llegó a su trabajo avisó a los agentes de la Guardia Civil, que en esos momentos estaban abriendo la entrada de la casa-cuartel, con el propósito de que retirasen el coche y lo trasladaran al depósito municipal, sito a unos doscientos metros del acuartelamiento. En el momento en el que el conductor de la grúa manipulaba el coche-bomba, explotó y mató en el acto a los policías municipales José Luis Jiménez Vargas, de 28 años, soltero y con novia, y a Víctor Manuel Puertas Viera; así como a Francisco Cebrián Cabezas, conductor de la grúa. Otras cuatro personas resultaron heridas de gravedad y treinta y seis necesitaron atención médica.
Gonzalo Rodríguez Cordero y José Gabriel Zabala Erasun fueron condenados a 136 años y 6 meses de reclusión como autores del atentado; así como a indemnizar económicamente a los herederos de las víctimas mortales, a los heridos y a los damnificados por los daños materiales. Por su parte, Fernando Díez Torres, José Luis Urrusolo Sistiaga e Idoia López Riaño fueron condenados a 38 años de prisión.
Véase también Francisco Cebrián Cabezas y Víctor Manuel Puertas Viera.
Víctor Manuel Puertas tenía 21 años y llevaba dos como policía local interino en Muchamiel. Dos de sus hermanos eran miembros del mismo cuerpo policial. Colaboró con la Cruz Roja, primero como voluntario y, después, al cumplir el Servicio Militar, en el área de salvamento marítimo y socorrismo.
El 16 de septiembre de 1991, el policía local Víctor Manuel falleció junto a su compañero José Luis Jiménez Vargas y el conductor de grúa Francisco Cebrián Cabezas cuando intentaban estacionar un coche en el depósito municipal de vehículos de Muchamiel. Los tres hombres no se percataron de que el coche que conducían escondía dentro una bomba colocada por ETA. El vehículo se había empotrado por error contra la fachada de una sucursal bancaria en la avenida Carlos Soler de Muchamiel, aunque el objetivo de los etarras era volar por los aires el edificio del acuartelamiento de la Benemérita, situado a pocos metros de donde habían recogido el turismo.
La misa funeral se ofició en la iglesia de El Salvador de Muchamiel. Al día siguiente se realizó un segundo acto religioso en el mismo lugar al que asistieron más de diez mil personas. En 2007 pusieron el nombre de los fallecidos a tres calles del pueblo de Muchamiel.
Relato completo del atentado en José Luis Jiménez Vargas.
Véase también Francisco Cebrián Cabezas.
Cecilio Gallego Alaminos, de 57 años y natural de Alcázar de San Juan (Ciudad Real), estaba casado y tenia cuatro hijos. Vivía en Torrevieja desde hacía más de 30 años y había sido empleado de Telefónica hasta su jubilación. El 4 de agosto de 2002 fue asesinado junto a la hija de un guardia civil, Silvia Martínez Santiago, de 6 años, mientras esperaban en una parada de autobús. El atentado perpetrado por ETA con un coche-bomba tuvo lugar en la calle Azorín de Santa Pola (Alicante), y causó también heridas de diversa consideración a otras 34 personas. El explosivo fue colocado estratégicamente frente a un cuartel de la Guardia Civil y junto a una glorieta muy concurrida. Tras el atentado, Gallego fue nombrado hijo adoptivo de Torrevieja a título póstumo. En 2007 fue homenajeado por el coro Cecilio Gallego de la Asociación de Amas de Casa, del que era director.
Véase también Silvia Martínez Santiago.
Silvia Martínez Santiago, hija de un guardia civil de 6 años, murió el 4 de agosto de 2002 en una parada de autobús junto al ex empleado de Telefónica jubilado, Cecilio Gallego Alaminos. La explosión de un coche-bomba colocado por ETA en la calle Azorín de Santa Pola, frente al acuartelamiento de la Guardia Civil, terminó con su vida. Además, otras 34 personas resultaron heridas.
Silvia era la única hija del matrimonio José Joaquín Martínez y Toñi Santiago, que posteriormente tuvieron más descendencia. Al día siguiente del atentado, más de 5.000 personas acudieron a despedirse de las dos víctimas en la iglesia de la Asunción de Santa Pola y mostraron así su rechazo al terrorismo. El 6 de agosto, unos 20.000 ciudadanos se manifestaron en la localidad bajo el lema “Por la libertad y contra el terrorismo”.
Véase también Cecilio Gallego Alaminos.