El cacereño Valentín Martín Sánchez, miembro de los Tedax de 38 años, estaba casado y con dos hijos. Murió en acto de servicio el 12 de junio de 1991 junto a su compañero, Andrés Muñoz Pérez, cuando intentaban desactivar un paquete-bomba dirigido a Jesús Gallego, presidente de Construcciones Atocha, SA. La compañía era la adjudicataria de la autovía de Leizarán. ETA manifestó su rechazo al proyecto, entre las provincias de Navarra y Guipúzcoa, por el negativo impacto medioambiental que tendría sobre el paisaje de Euskadi, por eso había amenazado a todos los agentes involucrados en las obras.
Sin embargo, el paquete jamás llegó a su destinatario porque lo remitieron a la antigua dirección de la empresa, que se había trasladado a otra calle. El envío fue entonces devuelto a las dependencias de la compañía transportista, que al intentar ponerse en contacto con el remitente, averiguó que el nombre y la dirección eran ficticios y avisó a la Policía. Los artificieros fallecieron al manipular el explosivo. Además, la bomba hirió a seis agentes, a dos empleados de la mensajería y a un transeúnte.
ETA asumió la autoría del atentado afirmando que el paquete-bomba iba dirigido a los miembros del Tedax.
José Luis Urrusolo Sistiaga, autor del atentado, fue condenado a 296 años de cárcel y a indemnizar económicamente a las familias de los fallecidos y a los heridos.
Véase también Andrés Muñoz Pérez.