Pedro Garrido Caro, comerciante de 58 años, casado y con una hija de 7, fue asesinado el 23 de diciembre de 1978. Tras llegar a San Sebastián de un viaje a su Miajadas natal (Cáceres), Garrido se dirigió, al filo de las 23:00 horas, a la tienda de ultramarinos que regentaba, donde fue acribillado junto a su familia por terroristas del comando Txirrita.
Pedro recibió tres disparos en el estómago y abdomen y un tiro mortal que le seccionó la yugular. Filomena, su mujer, acusó el impacto de ocho disparos, aunque salvó la vida tras ser operada en el hospital de la Cruz Roja. María, su hija, fue herida en el muslo derecho e intervenida en la residencia Nuestra Señora de Aránzazu. Pedro Garrido fue ese enterrado en San Sebastián, aunque posteriormente sus restos mortales fueron trasladados a su localidad natal.
ETA asumió la autoría del asesinato acusando a la víctima de estar relacionada con la Policía. En febrero de 1981, la célula etarra responsable del atentado fue desarticulada y, un año más tarde, Manuel María Ostolaza Alcocer y Luis María de Marcos Olaizola fueron condenados a 29 años de reclusión mayor y al pago de una indemnización a los herederos de la víctima. También fueron condenados a una pena de 4 años, 3 meses y 1 día de prisión menor por las lesiones sufridas por la esposa y la hija de la víctima y a indemnizarlas económicamente.