La casa de Margarita González, de 69 años, estaba en la calle José Silva, cerca de donde, a las 8:05 horas, explotó un coche-bomba colocado por ETA, el 19 de abril de 1995. El atentado iba dirigido contra el entonces líder de la oposición y presidente del Partido Popular (PP), José María Aznar. Margarita murió el 22 de julio por las heridas de aquel día. Quedó sepultada entre los escombros de su casa.
Agustín Mansilla, marido de Margarita, y una veintena de personas también resultaron heridas. El SAMUR logró reanimar a Margarita y la trasladaron de urgencia al Hospital Ramón y Cajal, donde permaneció en coma hasta morir. Fue enterrada tres días después de su fallecimiento en Puebla de Alcocer (Badajoz). Margarita tenía una hija y un hijo, agente del Cuerpo Nacional de Policía.