El agente Manuel Francisco García San Miguel, de 27 años, nació en Guitiriz (Lugo) y llevaba cuatro años trabajando como policía nacional. Un año antes del atentado fue destinado a la agrupación de conductores de Bilbao. Estaba casado y recientemente había sido padre de una niña.
El 13 de julio de 1983, Manuel Francisco se dirigió a su casa, en Sopelana, a las 8:45 horas tras acabar su servicio en Getxo. Antes de dejar la comisaría se vistió de paisano y tomó el tren para desplazarse desde Getxo hasta su lugar de residencia. Cuando llegó a su parada, caminó en dirección a su domicilio, en la calle Zubike. En ese momento, dos terroristas se acercaron por la espalda y le dispararon dos tiros en la cabeza, cayendo al suelo donde le remataron.