Luis Aragó Guillén, cabo primero de la Guardia Civil de 28 años, era natural de Murero (Zaragoza), localidad de la que su padre era alcalde. Fue asesinado por una bomba detonada al paso de su coche por el barrio donostiarra de Eguía el 16 de marzo de 1991. El explosivo, colocado junto a una farola, mató a Aragó, conductor del vehículo, e hirió a los otros tres ocupantes, también agentes de la Benemérita, así como a un padre y su hijo de 12 años que paseaban cerca del lugar.
El funeral de Aragó se realizó en la parroquia de la Sagrada Familia de San Sebastián, aunque fue enterrado en su Murero natal.