Luis Alfredo Achurra Cianca, policía nacional bilbaíno de 37 años, estaba casado y tenía tres hijos. El 14 de diciembre de 1990 se hallaba en un taller de reparación de vehículos en Amorebieta (Vizcaya), para pagar una factura. Cuando maniobró para reubicar su coche, explotó una bomba colocada en los bajos por miembros del comando Vizcaya, matándole en el acto e hiriendo al propietario de un bar cercano.
Juan Carlos Iglesias Chouzas, Gadafi,fue condenado a 35 años de reclusión mayor por colocar la bomba-lapa y Francisco Javier Martínez Izaguirre a 27 años de reclusión mayor; mientras que Juan María Ormazábal Ibarguren, que también participó en el atentado, murió en un tiroteo con la Policía Autonómica Vasca en agosto 1991.