José María Pérez López de Orueta, bilbaíno de 30 años, soltero y residente en San Sebastián, era abogado criminalista. Fue asesinado por ETA el 31 de octubre de 1980. Tras secuestrarle en casa de sus padres, los etarras le mataron y abandonaron su cadáver en la carretera que va de Hernani a Goizueta. La organización terrorista le acusaba de ser narcotraficante y de defender a drogadictos en casos relacionados con el consumo y el tráfico de drogas.
José Antonio Esnaola Lasa y Nicolás Francisco Rodríguez fueron condenados a 26 años, 8 meses y un día de prisión mayor, además de indemnizar a los herederos de José María.