El policía nacional José Ángel Álvarez Suárez, de 31 años, estaba casado y era padre de una niña de 5 años. Había nacido en la localidad leonesa de Socil, y llevaba ocho años destinado en San Sebastián. Era escolta de personas amenazadas por ETA.
El 6 de octubre de 1989, José Ángel paseaba a mediodía por las calles aledañas al céntrico mercado donostiarra de la Brecha. Iba vestido de paisano y estaba desarmado. Sin tiempo para reaccionar, un etarra se le aproximó por la espalda y le pegó un tiro en la cabeza por el que falleció en el acto.
Francisco Javier Balerdi Ibarguren y Jesús María López González fueron condenados a 30 años cada uno y a indemnizar a los herederos de José Ángel.
El día posterior al asesinato, unas 2.500 personas recorrieron varias calles de la ciudad donostiarra bajo el lema: “Paz ahora y para siempre”. Fue enterrado en su pueblo natal.