La noche del 12 de febrero de 1983, Joaquina Patricia Llanillo Borbolla, de 32 años y embarazada, acompañaba a su esposo, el investigador privado José Luis Alonso. Ambos se encontraban dentro de su coche, en la calle Andia de Tolosa. Varios terroristas se colocaron junto al vehículo y les ametrallaron. Patricia murió en el acto, mientras que José Luis, con dos disparos en el tórax, fue trasladado a un centro sanitario y sobrevivió.
José Luis era un detective privado especializado en investigaciones laborales, por lo que se cree que ETA le debió confundir con un miembro de las Fuerzas de Seguridad. En todo caso, la organización terrorista asumió el atentado e intentó disimular su equivocación considerando a José Luis y a su esposa colaboradores de la policía. La pareja tenía dos hijos adolescentes, Patricia y Roger, de 15 y 14 años, respectivamente. Ambos encabezaron la manifestación por el asesinato de su madre que recorrió las calles de San Sebastián.
Joaquina, natural de Santander, fue enterrada en el cementerio donostiarra de Alza, con la asistencia de sus familiares y allegados.