Joaquín Becerra Calvente, de 40 años, nació en Cortes de la Frontera (Málaga) y vivía en Amurriodesde hacía más de 20 años. Estaba soltero y trabajaba como especialista en la empresa Tubos del Nervión. También ayudaba a su familia en dos bares de la misma localidad y estaba afiliado a la UGT. El 2 de julio de 1980, Julio estaba trabajando en uno de los bares familiares cuando su hermana le explicó que fuera había tres personas que decían que habían golpeado su coche. Cuando Joaquín salió para ver qué ocurría, dos de ellos le dispararon siete tiros que le mataron en el acto.
La noticia del asesinato provocó el paro de la fábrica Tubos del Nervión y la concentración de la mayor parte de la plantilla en una plaza del centro de la localidad. Por la tarde, los trabajadores se volvieron a manifestar por la zona industrial. El Ayuntamiento celebró un pleno extraordinario para condenar el atentado. ETA militar acusó a la víctima de ser confidente de la Policía.