Jesús María Echeveste, natural de Irún, tenía 46 años, estaba casado y no tenía hijos. Era ingeniero industrial y estaba trabajando como apoderado en la agencia de aduanas Sucesores de Echeandía, de la que era copropietario, junto a su hermano.
El 28 de agosto de 1980, Jesús salió de su casa hacia el trabajo a las 8.45 horas. Tras una breve parada para comprar un periódico y un paquete de tabaco en el quiosco, se dirigió hacia la calle Berrocarán cuando una persona se acercó y le disparó con una escopeta de cañones recortados. Fue trasladado a la residencia sanitaria Nuestra Señora de Aránzazu de San Sebastián, donde falleció horas más tarde. El agresor y un cómplice se subieron a un coche robado en el que les esperaba un tercer individuo para darse a la fuga.
El mismo día del asesinato, representantes de varios partidos políticos convocaron a todos los iruneses a una manifestación silenciosa tras el funeral de Echeveste.