El guardia civil zamorano Isidoro Díez Ratón, de 39 años, casado y con cuatro hijos, llevaba nueve años destinado en Gipuzkoa. La noche del 25 de noviembre de 1985 fue ametrallado junto a su compañero, Juan Corrales Pozas, al salir de un bar cercano al muelle de Pasajes donde estaban destinados como vigilantes. Juan consiguió esquivar los disparos ocultándose en el bar, pero Isidoro murió media hora después en el hospital Nuestra Señora de Aránzazu.
Tres de los presuntos asesinos de Isidoro, Alejandro Auzmendi Ilzarbe, Luis María Zabaleta Mendía y Miren Bakartxo Arzelus, murieron dos meses después en un enfrentamiento con la Guardia Civil en la misma Pasajes. Por su parte, Pedro María Fernández Arguilea fue condenado a 29 años de cárcel y a otros 19 por intento de asesinato en grado de frustración; así como a indemnizar a sus herederos.