El empresario Ignacio Uría Mendizábal, de 70 años, casado, con cinco hijos y vinculado con las obras del Tren de Alta Velocidad (TAV) vasco, fue asesinado cuando se dirigía al restaurante Kiruri, en la guipuzcoana Azpeitia, donde solía ir a jugar a las cartas con los amigos, el 3 de diciembre de 2008. Dos terroristas le dispararon hasta la muerte cuando aparcó su coche cerca del establecimiento.