El sargento de la Policía Armada Francisco Martín González (ávila, 1946), de 32 años, llevaba destinado en San Sebastián un mes cuando, el 27 de mayo de 1978, vigilaba una urbanización de San Sebastián con otros tres agentes. El Jeep en el que viajaban los cuatro policías estaba aparcado en la calle a la espera de efectuar un relevo de patrullas, momento en el que se acercó un taxi, del que bajó un etarra que les ametralló.
Francisco murió en el acto, mientras sus tres compañeros, José Frado Carro, Francisco Sánchez Arcos y José Gutiérrez Díaz, fueron heridos de gravedad.
Su mujer, Cristina Domínguez, que en el momento del atentado vivía en Madrid, le recuerda como “una persona buenísima a la que todo el mundo quería, era sencillo, trabajador y amante de la familia”.
Miguel Sarasqueta Zubiarrementeria, miembro del Comando Donosti fue condenado a 30 años de prisión mayor por este asesinato, y José Manuel Olaizola Eizaguirre, como cómplice, a 17 años de prisión menor. Posteriormente, se condenó a 30 años de prisión mayor a José Cruz Eizaguirre Mariscal como autor material del atentado. Además, tuvieron que indemnizar económicamente a los herederos de la víctima, así como a los heridos en el atentado.