El inspector Fernando Llorente Roiz, de 51 años, volvía a casa después del trabajo. Antes, entró en un bar cercano para recoger un paquete y se quedó un rato a ver en la tele dos asaltos de un combate de boxeo y tomar unos vinos con unos amigos. Mientras tanto, un desconocido llamó a su casa preguntando por él, para cerciorarse de que no había llegado. Cuando iba a entrar en el portal, en la calle Calixto Díaz de Bilbao, dos individuos le dispararon a quemarropa dejándole mortalmente herido mientras su hija lo veía por la ventana. Algunas personas que estaban en el bar fueron a atenderle al oír los disparos y le llevaron en coche al hospital de Basurto, donde falleció poco después. La víctima presentaba seis heridas de bala.
Fernando Llorente nació en Villanueva de Villaescusa (Cantabria). Llevaba veintisiete en la Policía y, antes de ser destinado a Bilbao, trabajó en Valladolid. Había estado al mando del 091 y después en las oficinas del DNI. Estaba casado y tenía tres hijas de veinte, diecisiete y tres años. Cientos de personas acompañaron a su familia en su funeral.