El policía nacional Aureliano Calvo tenía 38 años, estaba casado y era padre de dos niñas de 12 y 3 años y de un niño de 6 meses. Fue encontrado muerto por varios disparos en el interior del taxi con el que trabajaba en sus horas libres. El vehículo fue localizado en la avenida de Tolosa, junto al colegio inglés. Los restos del policía fueron enterrados en Quintana de Valdelucio (Burgos), donde había nacido.
Al día siguiente del asesinato, los taxistas de San Sebastián efectuaron un paro como protesta contra el atentado de ETA.