Argimiro García, agente de la guardia Civil de 50 años, solía pasear por las calles de Mondragón con el subteniente Luis Santos, salmantino como él, y tomar un vino en algún bar de la localidad donde llevaban destinados seis y siete años respectivamente. El 17 de diciembre de 1974, los dos guardias se encaminaron por la calle del Ferial. Argimiro iba de paisano pero Santos, el comandante del puesto, llevaba el uniforme. Minutos después de las 20:30 horas, los ocupantes de un Seat matrícula BI-0945-E, robado unas horas antes a mano armada, se pusieron a la altura de los dos guardias civiles y dispararon una ráfaga de ametralladora. Los dos agentes quedaron tendidos en el suelo mientras personal y clientes del cine Gurea, situado frente al lugar, acudían a auxiliarles. Los terroristas, cuatro o cinco según los testigos, huyeron en el mismo coche, chocaron con otro vehículo y lo abandonaron a unos cuatrocientos metros. Argimiro estaba casado y tenía siete hijos de entre 14 y 26 años. Sus heridas eran de tal gravedad que falleció antes de llegar a un centro médico.