El cabo primero de la Guardia Civil Antonio Mateo Melero, gaditano de 32 años, casado y con una hija, fue asesinado el 1 de noviembre de 1987 por dos terroristas que le dispararon varias veces en la cabeza mientras paseaba con algunos familiares por una zona de bares de Ordizia (Guipúzcoa). Mateo murió cuando le trasladaban al cercano hospital de Zumárraga. Los asesinos primero huyeron a pie y luego en una furgoneta donde les esperaba otro etarra.
José Antonio López Ruiz, Kubati, fue condenado por el atentado a 29 años de reclusión mayor y a indemnizar económicamente a los herederos de Antonio.