Ángel Baños Espada, nacido en Cartagena y padre de cinco hijos, murió a los 46 años por la explosión de una bomba colocada en la central nuclear de Lemóniz el 13 de junio de 1979. Era la segunda bomba y el tercer muerto de ETA en la central. Otro artefacto similar había acabado con la vida de Andrés Guerra Pereda y Alberto Negro Viguera un año antes.
Aquel 13 de junio, dos terroristas se colaron en las instalaciones y colocaron a punta de pistola el explosivo en el tanque de refrigeración. Pese a que ETA alertó telefónicamente de la bomba tanto a Iberduero, empresa responsable de las obras de la central, como a la emisora bilbaína Radio Popular y se realizó el protocolo de evacuación para los empleados, Baños no se percató del desalojo y murió a consecuencia de la onda expansiva de la explosión.
Los cuatrocientos trabajadores de Iberduero emitieron un comunicado público el 20 de junio denunciando la “irresponsabilidad” de ETA.
Véase también Andrés Guerra Pereda y Alberto Negro Viguera.