Ambrosio Fernández, jubilado de 79 años, dormía en su casa cuando el 6 de enero de 2007 unos jóvenes radicales que practicaban violencia callejera lanzaron unas bombas incendiarias contra el cajero de la Caixa situado en el bajo del inmueble en el que vivía, en la localidad guipuzcoana de Mondragón.
El anciano, desalojado junto a otros vecinos, fue ingresado días después en la UCI de un hospital, donde falleció el 3 de marzo después de permanecer dos meses ingresado en la Unidad de Cuidados Intensivos. Un médico certificó que lo sucedido esa noche provocó el empeoramiento de la salud del anciano y su muerte.
El Ministerio del Interior lo incluye en su relación de víctimas de ETA y grupos afines.
Ambrosio Fernández Recio era un jubilado de 79 años que residía en Mondragón. En la planta baja de su edificio había una sede de La Caixa que el 5 de enero de 2007 fue objeto de un ataque por parte de radicales que practicaban la violencia callejera. Los agresores utilizaron cócteles molotov que provocaron un importante incendio que calcinó la oficina y obligó a desalojar el edificio. Los problemas de salud de Ambrosio Fernández se complicaron desde entonces. Durante dos meses permaneció ingresado en la Unidad de Cuidados Intensivos y finalmente falleció en marzo. Está oficialmente reconocido como víctima del terrorismo.
Los agentes de la Guardia Civil, Raúl Centeno Bayón, de 24 años, y Fernando Trapero Blázquez, de 23 años, pertenecían al Grupo de Apoyo Operativo (GAO) y cooperaban con policías de la Direction Centrale des Renseignements Généraux (RG) en un dispositivo de vigilancia, en el suroeste francés. El objetivo era conseguir información de ETA y detalle de sus actividades en la región.
La mañana del 1 de diciembre de 2007, Trapero y Centeno fueron asesinados a balazos por tres terroristas al entrar en su coche, tras desayunar en la cafetería de un centro comercial en la localidad de Capbreton. Centeno murió en el acto y Trapero cuatro días después en el hospital de Bayona. Los terroristas huyeron en un coche que abandonaron en Haut-Mauco, cerca del lugar del atentado, y robaron otro vehículo para seguir su fuga hasta Burdeos, donde se dispersaron.
Centeno, natural de Madrid, era un entusiasta del deporte: practicaba surfismo, boxeo, judo y motociclismo amateur. Había entrado en la unidad de élite GAO dos años antes y estaba destinado en la Unidad Central Especial (UCE-1) de Madrid, encargada de la lucha contra ETA. Tras su muerte, se le impuso la Cruz al Mérito de la Guardia Civil con distintivo rojo y la Medalla de Oro al Mérito Policial a título póstumo. Fue incinerado en el madrileño cementerio de La Almudena. Asimismo, Francia otorgó a ambos agentes la medalla por Acto de Valor y Entrega.
Véase también Fernando Trapero Blázquez.
El guardia civil madrileño Fernando Trapero Blázquez, de 23 años y soltero, era miembro del Grupo de Apoyo Operativo (GAO) que cooperaba con policías de la Direction Centrale des Renseignements Généraux (RG) en un dispositivo de vigilancia, en el suroeste francés, para conseguir información de ETA y sus actividades en la región. La mañana del 1 de diciembre de 2007, Trapero y su compañero, Raúl Centeno Bayón, fueron asesinados a balazos por tres terroristas al entrar en su coche, tras desayunar en la cafetería de un centro comercial en la localidad de Capbreton. Trapero fue trasladado aún con vida al hospital Côte Basque de Bayona, donde murió cuatro días después, mientras que Centeno murió en el acto.
La donación de sus órganos, al día siguiente de su muerte, salvó la vida de dos niños franceses. A Trapero le otorgaron la Cruz de Oro al Mérito de la Guardia Civil, la Medalla de Oro al Mérito Policial, la Medalla de Oro concedida por el Ayuntamiento del Tiemblo y el título de Hijo Predilecto por la Diputación provincial de Ávila. Además, dos calles paralelas de El Tiemblo llevarían sus nombres.