José Ignacio Iruretagoyena Larrañaga, de 35 años, estudió el Bachillerato en el colegio La Salle y después comenzó a trabajar en el negocio familiar de maderas creado por su padre hacía más de 50 años. Estaba casado con María José Imaz y tenía dos niños. Era uno de los dos concejales que el Partido Popular (PP) había conseguido en Zarautz en 2005.
El 9 de enero de 1998, hacia las 8.00, José Ignacio circulaba en su vehículo cuando explotó una bomba-lapa que ETA colocó en los bajos de su coche.
En enero de 2001, durante un homenaje a José Antonio Iruretagoyena celebrado en el cementerio de Zarautz, ETA intentó perpetrar una matanza al colocar una bomba junto a la tumba del concejal asesinado. Un fallo en el mando a distancia evitó que la bomba estallara. Los terroristas habían escondido en una maceta cuatro kilos de explosivos que habrían causado la muerte de quienes se habían reunido para recordar al edil asesinado.
El etarra Gregorio Escudero fue condenado a 42 años de prisión y Javier García Gaztelu e Irantzu Gallastegi Sudupe a 46 años de cárcel. La sentencia les prohibía acercarse a menos de 500 metros de Zarautz o donde residiesen los familiares del fallecido.
Alberto Jiménez-Becerril Barrio, de 37 años, y su esposa, Ascensión García Ortiz, de 39, tenían tres hijos de 4, 7 y 8 años. El 30 de enero de 1998, el matrimonio volvía a casa después de cenar con unos amigos cuando dos etarras se acercaron por la espalda y les dispararon. Les mataron en el acto, en la calle Don Remondo de Sevilla.
Alberto, licenciado en Derecho y en Historia, conoció a Ascensión en la facultad, donde comenzaron su relación. él se introdujo en el mundo de la política y ella trabajó en un despacho de abogados como procuradora de los tribunales.
Los etarras José Luis Martín Barrios y Mikel Azurmendi fueron condenados como autores del atentado a 30 años de reclusión mayor y a indemnizar conjunta y solidariamente a los hijos de Alberto y Ascensión.
En 2002, la localidad sevillana de El Viso de Alcor inauguró una plaza en homenaje y memoria de Alberto. En 2005 inauguraron otra plaza en nombre de su mujer Ascensión.
Véase también Ascensión García Ortiz.
El 30 de enero de 1998, Ascensión García Ortiz, de 39 años y su marido, Alberto Jiménez-Becerril Barrio, volvían a casa después de cenar con unos amigos cuando dos terroristas se acercaron y les dispararon por la espalda, matándoles casi en el acto.
Ascensión pertenecía al Colegio de Procuradores de Sevilla desde hacía más de diez años. En 2005 la localidad sevillana de El Viso del Alcor inauguró una plaza en homenaje y memoria de Ascensión. Desde 2002 la localidad ya contaba con una plaza dedicada a la memoria de su esposo.
Relato completo del atentado en Alberto Jiménez-Becerril Barrio.
Tomás Caballero Pastor subió a su coche para ir al Ayuntamiento de Pamplona, donde era concejal de Unión del Pueblo Navarro (UPN). Un terrorista le disparó dos veces desde la ventanilla delantera de un coche. Fue trasladado al hospital de Navarra, donde murió pocas horas después. El atentado sucedió el 6 de mayo de 1998.
Tomás, de 63 años, natural de Alfaro (La Rioja), estaba casado con Pilar Martínez, tenía cinco hijos y ocho nietos. Era navarro de adopción, ya que había vivido allí casi toda su vida. Trabajaba en Iberdrola y era militante de la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC). Fue un veterano sindicalista democrático, dedicando su vida a la política y a la sociedad navarra.
En la década de los 60, Caballero Pastor presidió el Consejo de Trabajadores de Navarra. En 1971 fue concejal de Pamplona y en 1977, alcalde de la ciudad. Presidió el Club Deportivo Oberena entre 1984 y 1994. En 1993 figuró como candidato independiente en las listas de UPN, partido al que se afilió posteriormente y por el que fue elegido concejal de Pamplona en 1995.
Los etarras Francisco Javier Ruiz Romero, Mikel Javier Ayensa Laborda y Alberto Viedma Morillas fueron condenados como responsables del crimen a 30 años de prisión mayor y a indemnizar solidariamente a los herederos de Tomás.
El Subteniente de la Guardia Civil, Alfonso Parada Ulloa, de 62 años, fue tiroteado a las 13:55 horas cerca de su casa, en la calle Juntas Generales de Vitoria. Fue trasladado al hospital de Txagorritxu, donde falleció al día siguiente, el 9 de mayo de 1998. Su nombre apareció en varias listas de posibles objetivos de ETA.
Alfonso estaba casado y tenía un hijo. Aunque natural de Melide (La Coruña), pasó casi toda su vida en el País Vasco, entre San Sebastián y Vitoria. En 1976 fue destinado a Vitoria, donde llegó a comandante del puesto de Abetxuko. Diez años después fue destinado a la Intervención de Armas y Explosivos. Pasó a la reserva en 1995.
José María Novoa, Igor Martínez de Osaba Arregui y Alicia Lucía Sáez de la Cuesta fueron condenados a 29 años de prisión y a indemnizar conjunta y solidariamente a los herederos de Alfonso.
El concejal del Partido Popular (PP), Manuel Francisco Zamarreño Villoria, de 42 años, casado y con dos hijos, murió el 25 de mayo de 1998 al estallar una bomba colocada por ETA en una motocicleta que fue accionada a distancia cuando volvía a su casa. Se dirigía a comprar el pan.
Zamarreño Villoria había sucedido en el ayuntamiento a su compañero José Luis Caso Cortines, asesinado en diciembre de 1997. Ambos fueron compañeros de trabajo durante más de veinte años en los Astilleros Luzuriaga. Francisco se afilió al Partido Popular con Caso en 1995.
Manuel era calderero en paro cuando asumió la Concejalía. Sufrió amenazas, quemaron su coche, Herri Batasuna (HB) presentó una querella contra él y se vio sometido a una campaña de difamación y pintadas. A pesar de las amenazas, Zamarreño decía: “Yo lo tengo claro, aquí he nacido y aquí me quedo”.