Jesús Agustín Cuesta, de 49 años, era natural de Madrid, estaba casado y tenía dos hijos. Pertenecía a la 27 promoción del Arma de Caballería y había sido jefe del Escalón Avanzado Logístico en Bosnia con la Agrupación Córdoba, que cumplió su misión desde abril hasta octubre de 1994 dentro del contingente multinacional de la ONU en la antigua Yugoslavia. En el momento de su asesinato se encontraba destinado en el departamento de Mantenimiento de la Agrupación Logística XI, en el barrio madrileño de Campamento. Era licenciado en Derecho y Ciencias Económicas y hablaba varios idiomas.
El 8 de enero de 1997, poco antes de las 15:00, Jesús bajó del vehículo oficial cuando un terrorista se le acercó y le disparó tres tiros en la nuca cuando se dirigía a su casa en el madrileño barrio de La Estrella. Otro etarra le remató con un disparo en el mentón. Dispararon también a Alberto Asensio, el soldado de reemplazo que le hizo de chófer, pero no fue alcanzado. Además, varias personas fueron heridas cuando el coche de los etarras fue explosionado.
Eugenio Olaciregui Borda, de 39 años, estaba casado con Koro Villarta y tenía dos niñas. Era vendedor en una conocida tienda de bicicletas de San Sebastián desde hacía más de diez años. Fue trasladado por la empresa a uno de sus locales en Oiartzun.
El 30 de enero de 1997, esperaba a un amigo para ir al trabajo cuando un etarra le disparó un tiro en la nuca. ETA le acusó de haber avisado a la Ertzaintza cuando en 1996, el etarra Valentín Lasarte fue detenido tras comprar una bicicleta en dicho local.
Domingo Puente Marín, de 51 años, estaba casado, tenía tres hijos y trabajaba como peluquero en la base aérea de Armilla.
El 10 de febrero de 1997, a las 7:13 horas, una bomba colocada por ETA explotó al paso de una furgoneta del Ejército del Aire, cerca de una urbanización en la carretera de la base aérea de Armilla, en Granada. En el atentado murió Domingo y resultaron heridas 17 personas. Varios miles de personas asistieron a su funeral en el pueblo granadino de Güéjar Sierra.
José Luis Barrios Martín fue condenado por el asesinato de Domingo y por los 17 delitos de asesinato en grado de tentativa.
El Magistrado del Tribunal Supremo Rafael Martínez Emperador, de 74 años, nació en Madrid, estaba casado y tenía tres hijos. A diferencia de otros jueces, no llevaba escolta.
El 10 de febrero de 1997, en torno a las 14:30 horas, Rafael fue a su casa para recoger unos documentos antes de dirigirse hacia el aeropuerto de Barajas con destino a Barcelona, donde iba a impartir una conferencia. Fue asesinado de un tiro en la nuca en la puerta de su casa. El día del atentado se cumplían nueve años desde su nombramiento como Magistrado para la Sala 4 del Tribunal Supremo. Tuvo un emotivo funeral en el Salón de Pasos Perdidos del Tribunal Supremo.
El etarra Javier Abaunza Martínez fue imputado por el asesinato del magistrado Rafael Martínez Emperador y extraditado el 12 de septiembre de 2007 para ser juzgado por este crimen.
Francisco Arratibel, de 44 años, era propietario de la empresa Master Catering y estaba casado. ETA le había amenazado en diversas ocasiones desde que en 1988 actuase como mediador en el rescate del empresario Emiliano Revilla. Unos meses antes de su asesinato, ETA colocó una bomba en su empresa que fue desactivada. En 1978 había recibido un tiro en una pierna al forcejear con uno de los etarras que intentó secuestrar a su padre por negarse a pagar el chantaje económico exigido por los terroristas.
El 11 de febrero de 1997, Francisco recibió un disparo mortal en la nuca mientras participaba en el carnaval de Tolosa. Uno de sus dos hijos presenció el asesinato.
Modesto Rico Pasarín, de 33 años, era natural de la localidad vizcaína de Barakaldo. Estaba casado y vivía en el barrio de Santutxu de la capital bilbaína. En 1989 ingresó en el Cuerpo Nacional de Policía y pertenecía a la escala básica. Trabajaba en la Audiencia Provincial de Vizcaya.
El 17 de febrero de 1997, Modesto murió tras la explosión de una bomba-lapa colocada por ETA en los bajos de su vehículo.
El etarra Pedro del Hoyo Hernández fue condenado a una pena de 30 años de prisión mayor. Además, debía indemnizar a los herederos de la víctima.
Francisco Javier, de 37 años, estaba casado y tenía una hija pequeña. Pertenecía al sindicato Euskal Langileen Alkartasuna (ELA) y participó en la redacción del documento sobre el acercamiento de los presos de ETA y el sindicato Langile Abertzaleen Batzordeak (LAB) en 1996. Además, era responsable de varios cursos de formación del Instituto de Criminología de San Sebastián, del que fue nombrado Miembro de Honor a título póstumo. Era psicólogo en la cárcel de Martutene de San Sebastián.
El 11 de marzo de 1997 Francisco murió por los disparos en la nuca del etarra Fernando Elejalde Tapia. Otros dos etarras, Irantzu Gallastegi Sodupe y Javier García Gaztelu, lograron huir.
El policía nacional Luis Andrés Samperio Sañudo era natural de Cantabria, estaba casado y tenía dos hijos pequeños. Estaba destinado en el Grupo de Estupefacientes de la Brigada de la Policía Judicial de Bilbao. Trabajaba en el País Vasco desde hacía 14 años e iba a ser trasladado a Cantabria.
El 24 de abril de 1997 Luis Andrés recibió un disparo en la nuca cuando se encontraba en el portal de su domicilio en el barrio bilbaíno de Deusto. El asesinato fue perpetrado por dos terroristas con la cara descubierta que amenazaron a varios adolescentes si les identificaban. Su mujer se encontraba en casa cuando escuchó un estruendo. Se asomó a la ventana y vio tirado en el suelo a su marido. Fue ella quien llamó a la ambulancia para que le socorrieran.
El etarra óscar Barreras Díaz fue condenado a 27 años por el atentado. Además, tuvo que indemnizar económicamente a los herederos de Luis Andrés.
El guardia civil José Manuel García Fernández, de 43 años, era natural de la localidad asturiana de San Esteban de Cuani. Estuvo destinado en el País Vasco desde 1983. En el momento de su muerte estaba asignado al cuartel de Sanfuentes, en Abanto.
El 3 de mayo de 1997 José Manuel fue asesinado de un tiro en la nuca en presencia de su mujer mientras cenaban en el restaurante El Puerto, en la localidad de la Zierbena, próxima a Bilbao.
Asier Uribarri Benito y Lander Maruri Basagoiti fueron condenados como cómplices del asesinato, a 16 años de prisión y una indemnización a los herederos de José Manuel.
Miguel Ángel Blanco Garrido, de 29 años, cogió el tren una tarde de julio para volver al trabajo después de comer en casa de sus padres. Cuando salió de la estación de Eibar, donde estaba su empresa, fue abordado por la terrorista Irantzu Gallastegi y conducido hasta un vehículo donde se encontraban otros dos terroristas: Francisco Javier García Gaztelu y José Luis Geresta Mujika. Tres horas más tarde, la emisora de radio Egin Irratia informaba de que Blanco sería asesinado si el Gobierno no trasladaba a los presos de ETA a cárceles del País Vasco antes de las 16 horas del sábado 12 de julio. Dos días después, el 12 de julio a las 16.50 horas, García Gaztelu descerrajó dos disparos con una Beretta del calibre 22 contra la cabeza del concejal del PP, de rodillas en el suelo, con las manos atadas a la espalda y sujetado por otro terrorista. En aquellas 48 horas de tortura las movilizaciones por su liberación se extendieron por todo el país, desatando una reacción social sin precedentes.
Daniel Villar Enciso, de 39 años, era natural de Madrid, estaba casado y tenía dos hijos de 11 y 10 años. Estaba destinado en el Servicio de Seguridad del cuartel del Cuerpo Nacional de la Policía de Basauri, donde llevaba viviendo varios años.
El 5 de septiembre de 1997 una bomba-lapa colocada por ETA en los bajos de su vehículo explotó cuando puso en marcha su coche. Varios vecinos intentaron sacarle del vehículo pero las llamas se lo impidieron. Cuando lograron rescatarle, fue trasladado al hospital de Cruces donde falleció. Tras el atentado, se realizaron multitudinarias manifestaciones contra el terrorismo.
El etarra Pedro del Hoyo Hernández fue condenado a 25 años de prisión y a indemnizar a los herederos de Daniel.
El ertzaina José María Aguirre Larraona, de 35 años, era natural de la localidad vizcaína de Zalla. Estaba casado y tenía un hijo.
El 18 de octubre de 1997 el rey Juan Carlos iba a inaugurar el Museo Guggenheim de Bilbao. El Museo había sido uno de los objetivos de ETA desde que comenzó el proyecto de construcción. Por esta razón, días antes de la inauguración varios agentes de la Ertzaina controlaban la zona por motivos de seguridad.
El 13 de octubre de 1997, dos miembros de la Policía Autonómica vasca vieron un coche sospechoso. En el interior se encontraban dos etarras que pretendían colocar frente al museo un falso macetero que contenía una docena de granadas. José María procedió a identificarles y descubrió que la matrícula de la furgoneta era falsa. En ese momento, el etarra Eneko Gogeaskoetxea le disparó hiriéndole de muerte. El etarra consiguió darse a la fuga pero el otro terrorista, Kepa Arronategi, fue detenido por la Policía Municipal. Fue condenado a 30 años de reclusión mayor además de a indemnizar a los herederos de José María.
Diez años después del asesinato, familiares y amigos de José María se reunieron junto al Guggenheim para rendirle homenaje. La plaza donde fue asesinado lleva su nombre.
José Luis Caso Cortines, de 64 años, estaba casado, tenía dos hijos y una nieta. Fue fundador de Alianza Popular en el País Vasco en 1982. Estaba jubilado y había desarrollado su vida laboral en los Astilleros de Luzuriaga de Pasajes de San Juan. Era concejal del Partido Popular (PP) en el Ayuntamiento de Rentería.
El 11 de diciembre de 1997 recibió un tiro en la cabeza cuando estaba en el bar Trantxe, situado en la calle Juan de Arana de Irún.
Los etarras Francisco Javier García Gaztelu e Irantzu Gallastegi fueron absueltos por falta de pruebas.