Fernando Múgica Herzog, de 62 años, estaba casado y tenía tres hijos. Era un histórico dirigente del socialismo guipuzcoano y fue presidente del Partido Socialista de Euskadi. Su hermano, Enrique Múgica, fue ministro de Justicia. Nunca renunció a abandonar el País Vasco a pesar de las amenazas.
El 6 de febrero de 1996 caminaba por la calle San Martín de San Sebastián cuando dos etarras se acercaron y le dispararon un tiro en la nuca. En el número 7 de la calle Prim de la capital donostiarra hay una placa con el nombre de Fernando Múgica Herzog y de sus tres hijos. En el primer aniversario de su fallecimiento, el Fondo Nacional Judío le homenajeó plantando en el parque de Lau Haizeta un roble autóctono, símbolo de la vida.
José Javier Arizkuren Ruiz, Kantauri, Valentín Lasarte Oliden, José Luis Aguirre Lete, Irantzu Gallastegi Sodupe y Francisco Javier García Gaztelu fueron condenados por el asesinato de Fernando Múgica.
Francisco Tomás y Valiente era natural de Valencia, estaba casado y tenía cuatro hijos. Tras su paso por el Tribunal Constitucional había regresado a su trabajo en la Universidad como catedrático de Derecho Constitucional y no tenía escolta.
El 14 de febrero de 1996 un etarra entró en su despacho de la Universidad Autónoma de Madrid y le disparó. Cuando fue asesinado, estaba hablando por teléfono con Elías Díaz, profesor también de dicha Universidad. Uno de sus hijos, Miguel, tenía Parkinson y empeoró como consecuencia del crimen de su padre.
Sus hijos recordaron los consejos que su padre dio a los hijos del profesor Manuel Broseta Pons, amigo y compañero, que fue asesinado por ETA en 1992: “No odiéis y que el recuerdo de vuestro padre os haga sonreír”.
El etarra Jon Bienzobas fue condenado por el asesinato.
Véase también Manuel Broseta Pons.
Ramón Doral Trabadelo, Montxo, tenía 36 años. Comenzó a militar en las juventudes del Partido Nacionalista Vasco (PNV) en 1977. Abandonó la militancia cuando entró en la Policía Autonómica. Ingresó en la primera promoción de la Ertzaintza y salió de la academia con el grado de cabo. Después lo hizo en la unidad que se encargaba de la lucha contra ETA y se convirtió en el jefe de esa misma unidad en Guipuzcoa. Estudió Ciencias Químicas. Jugó al fútbol en los juveniles del Real Unión de Irún.
El 4 de marzo de 1996 Ramón murió al explotar una bomba-lapa colocada en los bajos de su coche. Explotó sobre las 9:00 horas en la calle Cipriano Larrañaga de Irún, cerca de su casa. Minutos antes, Ramón, de 36 años, se había despedido de su esposa, Cristina Sagarzazu, y del menor de sus tres hijos.
Miguel Ángel Ayllón Díaz-González tenía 27 años, estaba soltero y era natural de Granada. Ingresó como voluntario en el Ejército a los 16 años y durante 1995 estuvo destinado en Bosnia. Era sargento en la Brigada de Infantería Mecanizada número 10.
El 20 de mayo de 1996, Miguel Ángel murió al estallar una bomba junto al autobús militar con dirección a la base de Cerro Muriano en Córdoba. La bomba estaba escondida en un contenedor de basura. Se encontraron también otras dos que fueron desactivadas. El capitán Antonio Duque Lozano, el alférez Antonio Granados Bermejo, Antonia Lara Andreu y Manuel Espino Madueño resultaron heridos en el atentado.
Los etarras Asier Ormazabal Lizeaga, Francisco Javier Gallaga Ruiz, Mikel Azurmendi y Maite Pedrosa fueron condenados. Recibieron órdenes de José Javier Arizkuren Ruiz, alias Kantauri.
Isidro Usabiaga Esnaola tenía 52 años y tres hijos. Dirigía junto a sus hermanos un complejo empresarial dedicado a diversos sectores. Desde 1993, la familia Usabiaga sufría la extorsión económica de ETA. Además, era bombero voluntario en Ordizia.
El 26 de julio de 1996 fue asesinado a tiros por ETA en la calle Filipineta cuando volvía a su casa de madrugada durante las fiestas patronales de Ordizia.