Donato Calzado García, ex albañil sevillano de 27 años, interno en la cárcel Sevilla-1 y a punto de conseguir la condicional, colaboraba con el servicio paquetería del centro penitenciario cuando murió tras la explosión de un paquete-bomba remitido por ETA a la prisión el 28 de junio de 1991. La onda expansiva mató al funcionario Manuel Pérez Ortega, al recluso Jesús Sánchez Lozano y a Raimundo Pérez Crespo, que visitaba a un familiar interno. Además, resultaron heridas cerca de treinta de personas.
Egin publicaba ese día una carta fechada el 15 de junio de 1991 y firmada por trece etarras recluidos en la cárcel de Salto del Negro (Las Palmas de Gran Canaria), que denunciaban la “actitud de constante acoso, provocación y vejación de la dirección de esta cárcel”.
Al día siguiente, miles de personas se manifestaron en Bilbao bajo el lema: “A favor de los derechos humanos, los presos a Euskadi”.
Relato completo del atentado en Manuel Pérez Ortega.
Véase también Raimundo Pérez Crespo y Jesús Sánchez Lozano.
El comerciante santanderino Raimundo Pérez, de 27 años y soltero, murió la tarde del 28 de junio de 1991 en la Unidad de Cuidados Intensivos del hospital Virgen del Rocío (Sevilla). Había resultado herido severamente por la explosión de un paquete-bomba enviado por ETA a la cárcel Sevilla-1, cuando visitaba a un familiar que estaba interno. El funcionario Manuel Pérez Ortega y los reclusos Donato Calzado García y Jesús Sánchez Lozano también fallecieron en el atentado. Cerca de treinta personas resultaron heridas.
Pérez fue enterrado en el cementerio de Ciriego, en Santander. El 2 de julio, más de treinta mil personas se manifestaron pacíficamente por la calles de Sevilla bajo el lema “Por la paz y la libertad”, en señal de protesta por el atentado.
Relato completo del atentado en Manuel Pérez Ortega.
Véase también Donato Calzado García y Jesús Sánchez Lozano.
Manuel Pérez Ortega, funcionario de prisiones sevillano de 39 años y soltero, murió por la explosión de un paquete-bomba enviado a Javier Romero Pastor, director de la prisión de Sevilla-1, el 28 de junio de 1991. Los funcionarios de la cárcel sospecharon del contenido del paquete porque pesaba mucho y en el escáner aparecía opáco. Explotó antes de que pudiesen llegar a examinarlo los artificieros de los Tedax. La explosión mató al funcionario Manuel Pérez Ortega, los reclusos Donato Calzado García y Jesús Sánchez Lozano, y Raimundo Pérez Crespo, que visitaba a un familiar interno. Además, una treintena de personas resultaron heridas.
Tras el atentado, los presos comunes trataron de linchar a los terroristas y las autoridades se vieron obligadas a trasladar a los seis etarras internos, así como a dos miembros de los GRAPO, a otros centros penitenciarios para evitar que sufrieran represalias.
Véase también Donato Calzado García, Jesús Sánchez Lozano y Raimundo Pérez Crespo .
Jesús Sánchez Lozano, ex taxista sevillano de 37 años, casado y con dos hijos, cumplía condena en la cárcel Sevilla-1. Murió mientras trabajaba en la sección de paquetería de la prisión por la explosión de un paquete-bomba enviado por ETA el 28 de junio de 1991. Lozano quedó sepultado bajo los escombros producidos por la deflagración y su cadáver fue encontrado por los bomberos tres horas y media después del atentado. El funcionario Manuel Pérez Ortega, el recluso Donato Calzado García, y Raimundo Pérez Crespo, que visitaba a un familiar interno, también murieron en el atentado, y una treintena de personas resultaron heridas.
Relato completo del atentado en Manuel Pérez Ortega.
Véase también Donato Calzado García y Raimundo Pérez Crespo .
Alberto Jiménez-Becerril Barrio, de 37 años, y su esposa, Ascensión García Ortiz, de 39, tenían tres hijos de 4, 7 y 8 años. El 30 de enero de 1998, el matrimonio volvía a casa después de cenar con unos amigos cuando dos etarras se acercaron por la espalda y les dispararon. Les mataron en el acto, en la calle Don Remondo de Sevilla.
Alberto, licenciado en Derecho y en Historia, conoció a Ascensión en la facultad, donde comenzaron su relación. él se introdujo en el mundo de la política y ella trabajó en un despacho de abogados como procuradora de los tribunales.
Los etarras José Luis Martín Barrios y Mikel Azurmendi fueron condenados como autores del atentado a 30 años de reclusión mayor y a indemnizar conjunta y solidariamente a los hijos de Alberto y Ascensión.
En 2002, la localidad sevillana de El Viso de Alcor inauguró una plaza en homenaje y memoria de Alberto. En 2005 inauguraron otra plaza en nombre de su mujer Ascensión.
Véase también Ascensión García Ortiz.
El 30 de enero de 1998, Ascensión García Ortiz, de 39 años y su marido, Alberto Jiménez-Becerril Barrio, volvían a casa después de cenar con unos amigos cuando dos terroristas se acercaron y les dispararon por la espalda, matándoles casi en el acto.
Ascensión pertenecía al Colegio de Procuradores de Sevilla desde hacía más de diez años. En 2005 la localidad sevillana de El Viso del Alcor inauguró una plaza en homenaje y memoria de Ascensión. Desde 2002 la localidad ya contaba con una plaza dedicada a la memoria de su esposo.
Relato completo del atentado en Alberto Jiménez-Becerril Barrio.
Jon Igor Solana y Harriet Iragi, miembros del comando etarra Andalucía, mataron al médico y militar Antonio Emilio Muñoz Cariñanos, de 58 años, el 16 de octubre de 2000. Se aseguraron de que Muñoz estuviera en la clínica donde trabajaba, en Sevilla, y fueron a matarle. Solana fue a su despacho y le disparó varios tiros en la cabeza, matándole en el acto. Poco después, ambos etarras, fueron arrestados.
Antonio Emilio Muñoz Cariñanos nació en Madrid en 1942. Era padre de tres hijos. Estudió la carrera de Medicina en Madrid y se especializó en otorrinolaringología en la Universidad de Navarra. Además, tenía la graduación de coronel médico del Ejército del Aire desde 1994 y poseía el título de piloto de aviones de guerra. Fue condecorado en la guerra del Golfo. Además, compaginaba la dirección de la Policlínica del Mando Aéreo del Estrecho en el acuartelamiento de Tablada (Sevilla) con la jefatura del departamento de Otorrinolaringología de la Clínica Sagrado Corazón y la docencia en el Centro Andaluz de Voz (Sevilla).
Fue enterrado en el cementerio municipal de Gines. En Sevilla se dio nombre a una calle en su memoria, calle Coronel Médico Muñoz Cariñanos.