José Humberto Fouz, de 28 años, y sus amigos Fernando Quiroga Veiga, de 28 y Jorge Juan García Carneiro, de 23, cruzaron la frontera con Francia el 24 de marzo de 1973 para ver El último tango en París y desaparecieron. Meses después, diversas informaciones periodísticas apuntaban a que habían sido asesinados y hechos desaparecer por ETA, atacados en un bar donde les confundieron con policías.
Ninguna fuente oficial confirmó esta versión. En enero, sus familias presentaron una denuncia pero el caso fue sobreseído, aunque en el sumario aparecían fichas policiales en las que se atribuían las muertes al etarra Tomás Pérez Revilla.
Asesinado por ETA en San Juan de Luz, el 24 de marzo de 1973, junto a José Humberto Fouz Escudero y Fernando Quiroga Veiga.
Asesinado por ETA en San Juan de Luz, el 24 de marzo de 1973, junto a José Humberto Fouz Escudero y Jorge Juan García Carneiro
Aquel día dos inspectores de Policía de San Sebastián, José María González Ituero, de 25 años, y José Luis Martínez Martínez, de 31, cruzaron la frontera de Irún para ir a Francia, tras dejar sus armas en el puesto de control de la aduana. Los agentes habían comido en una pizzería de la capital guipuzcoana y después decidieron ir a ver una película en el cine Varietés, de Hendaya. En la puerta del cine fueron vistos con vida por última vez.
Al no acudir a recoger sus armas, las autoridades españolas alertaron a la policía francesa que llevó a cabo una operación de gran envergadura para localizar a los dos agentes, pero sin resultados. Hubo unos cuarenta detenidos pero sólo se encontró su documentación en casa de un miembro de ETA político-militar.
José María y José Luis estuvieron desaparecidos durante un año. El 19 de abril de 1977, tres adolescentes que jugaban en la playa Chambres D’Amour, de Anglet, entraron en un búnker alemán de la Segunda Guerra Mundial. Allí, enterrados en la arena, encontraron dos cadáveres. Los cuerpos, que luego serían identificados como los de los policías, estaban maniatados y con los dedos mutilados. Uno de ellos murió por dos disparos a quemarropa en la cabeza, efectuados con una pistola del calibre 7,65. El otro presentaba un impacto de bala. José María González Ituero habría cumplido veintiséis años en mayo de 1976. Era natural de Madrona, Segovia, y el segundo de seis hermanos. Al acabar la mili entró en la Policía, en septiembre de 1975 y estaba destinado en la oficina de hospedería.
Véase también José Luis Martínez Martínez
El que fuera dirigente y principal ideólogo de ETA político militar, Eduardo Moreno Bergareche, Pertur, desapareció el 23 de julio de 1976, tras ser visto por última vez con Francisco Múgica Garmendia, Pakito, y Miguel Ángel Apalategui Aierbe, Apala, cabecillas de los Bereziak, los comandos especiales de ETA con los que mantenía importantes diferencias ideológicas y estratégicas. Algunos testigos de la propia banda vieron cómo Apala y Pakito recogieron a Pertur en un automóvil en San Juan de Luz. Según declararon ellos mismos a la Policía francesa, lo llevaron hasta Biriatou, donde supuestamente tenía una cita a la que nunca llegó. La desaparición de Pertur se produjo en un momento de fuertes divisiones internas en ETA ante el inicio de la Transición. Moreno Bergareche, al frente del sector mayoritario de ETA político militar, ante el nuevo escenario defendía la formación de un partido político revolucionario para actuar en la legalidad, al que quedaría subordinada la organización terrorista. Esta postura llevó a los polimilis unos años más tarde a renunciar a las armas. Los comandos Bereziak, creados en 1975 para llevar a cabo atentados, se oponían. El secuestro de Ángel Berazadi Uribe, industrial afín al PNV, a manos de los Bereziak puso de manifiesto las profundas diferencias existentes en el seno de ETA político militar. Los primeros optaron por asesinar al rehén ante la imposibilidad de acuerdo con la familia y en contra de la opinión de Moreno Bergareche y de otros dirigentes. Los jefes del comando, Miguel Ángel Apalategui, Eugenio Etxebeste, Antxon, y Francisco Múgica Garmendia, secuestraron a Pertur en abril de 1976 acusándolo de cometer una “falta de seguridad” al haber enviado una carta a un preso etarra, para impedirle asistir a una conferencia de dirigentes de la banda. Allí mismo se acabó exigiendo a los berezis que pusieran en libertad a Pertur. Apenas dos meses después, el 23 de junio, volvía a desaparecer en las proximidades de la frontera francoespañola después de ser visto en el interior de un coche con dos de sus máximos enemigos en el seno de ETA.
La familia de Moreno Bergareche sostiene públicamente desde 1978 que fueron sus antiguos compañeros los responsables de su muerte. Catorce años después de su desaparición, un juzgado de Irún tramitó, a petición de la familia, un expediente para declararle oficialmente muerto. Eduardo Moreno Bergareche tenía veinticinco años cuando desapareció. Nacido en 1950 en San Sebastián, estudió en el Colegio Alemán y en los marianistas, donde fue compañero de curso de Jaime Mayor Oreja, que años después sería líder del centro-derecha vasco y ministro del Interior, así como amigo íntimo de Gorka Knorr, que fue secretario general de Eusko Alkartasuna. Formó parte también de un grupo de música denominado Los Amis. En 1972 huyó a Francia, donde se convirtió en el ideólogo más relevante de ETA político militar
José Miguel Etxeberria Álvarez, alias Naparra y Bakunin, de 22 años, militante primero de la Liga Comunista Revolucionaria y, posteriormente, de ETA político militar, ETA militar y, por último, los Comandos Autónomos Anticapitalistas (CAA) fue secuestrado y asesinado por el Batallón Vasco Español el 11 de Junio de 1980 y nunca se encontró su cadáver.
Natural de Pamplona, huyó de su domicilio en 1978, a los 20 años. Etxeberria tuvo los primeros roces con ETA militar poco después de haber huido a Francia, porque sus convicciones anarquistas chocaban frontalmente con los objetivos de la organización terrorista. Finalmente, abandonó ETA militar en 1978 y se unió a los Comandos Autónomos Anticapitalistas (CAA).
Los agentes de la Guardia Civil, Raúl Centeno Bayón, de 24 años, y Fernando Trapero Blázquez, de 23 años, pertenecían al Grupo de Apoyo Operativo (GAO) y cooperaban con policías de la Direction Centrale des Renseignements Généraux (RG) en un dispositivo de vigilancia, en el suroeste francés. El objetivo era conseguir información de ETA y detalle de sus actividades en la región.
La mañana del 1 de diciembre de 2007, Trapero y Centeno fueron asesinados a balazos por tres terroristas al entrar en su coche, tras desayunar en la cafetería de un centro comercial en la localidad de Capbreton. Centeno murió en el acto y Trapero cuatro días después en el hospital de Bayona. Los terroristas huyeron en un coche que abandonaron en Haut-Mauco, cerca del lugar del atentado, y robaron otro vehículo para seguir su fuga hasta Burdeos, donde se dispersaron.
Centeno, natural de Madrid, era un entusiasta del deporte: practicaba surfismo, boxeo, judo y motociclismo amateur. Había entrado en la unidad de élite GAO dos años antes y estaba destinado en la Unidad Central Especial (UCE-1) de Madrid, encargada de la lucha contra ETA. Tras su muerte, se le impuso la Cruz al Mérito de la Guardia Civil con distintivo rojo y la Medalla de Oro al Mérito Policial a título póstumo. Fue incinerado en el madrileño cementerio de La Almudena. Asimismo, Francia otorgó a ambos agentes la medalla por Acto de Valor y Entrega.
Véase también Fernando Trapero Blázquez.
El guardia civil madrileño Fernando Trapero Blázquez, de 23 años y soltero, era miembro del Grupo de Apoyo Operativo (GAO) que cooperaba con policías de la Direction Centrale des Renseignements Généraux (RG) en un dispositivo de vigilancia, en el suroeste francés, para conseguir información de ETA y sus actividades en la región. La mañana del 1 de diciembre de 2007, Trapero y su compañero, Raúl Centeno Bayón, fueron asesinados a balazos por tres terroristas al entrar en su coche, tras desayunar en la cafetería de un centro comercial en la localidad de Capbreton. Trapero fue trasladado aún con vida al hospital Côte Basque de Bayona, donde murió cuatro días después, mientras que Centeno murió en el acto.
La donación de sus órganos, al día siguiente de su muerte, salvó la vida de dos niños franceses. A Trapero le otorgaron la Cruz de Oro al Mérito de la Guardia Civil, la Medalla de Oro al Mérito Policial, la Medalla de Oro concedida por el Ayuntamiento del Tiemblo y el título de Hijo Predilecto por la Diputación provincial de Ávila. Además, dos calles paralelas de El Tiemblo llevarían sus nombres.
El policía francés Jean-Serge Nerim fue la última víctima de la banda terrorista ETA. El asesinato se produjo en una pequeña localidad a las afueras de París, Dammarie-lès-Lys. El 16 de marzo de 2010, la policía recibió un aviso de robo de un automóvil BMW. Una patrulla interceptó el coche, en el que viajaban tres hombres y una mujer. Cuando los agentes quisieron detenerlos, dos hombres les dispararon desde el interior de otro vehículo. El cabo Jean-Serge Nérin, nacido en Cayenne (Guyana), de 52 años y padre de cuatro hijos, pese a que llevaba chaleco antibalas, fue alcanzado por uno de los proyectiles en la axila y herido en la caja torácica. Falleció una hora después.
Los presuntos etarras viajaban en dos vehículos, uno robado poco antes en un almacén de coches de segunda mano. Uno de los asaltantes fue detenido e identificado por fuentes de los servicios antiterroristas francés y español como Joseba Fernández Aspurz, alias El Guindi, huido de España.